viernes, 14 de enero de 2011

DE LA CAVA DEL PATRÓN. Avena Ajena.

Sábado por la mañana, invierno, día frío. En la cocina, la hermosísima Madre de Lucas ejecuta su danza perfecta frente a las cazuelas generando un sabroso desayuno. Una en particular, hierve furiosamente despidiendo un aroma dulce a canela, invitando al que se acercara a salivar. Una cuchara de peltre evitaba que se pegara al fondo y se chamuscara.

Lucas apareció invitado por la deliciosa mezcla de aromas y su hermosísima Madre vió la oportunidad de unas manos auxiliares por lo que dictó instrucciones perentorias para que vaciara el contenido humeante en el plato de hierro del perro.

Lucas levantó una ceja en señal cuestionante, pero ni eso era prudente de "tet-a-tet", por lo que bastó que se alzara la cuchara de pletre para que el ayudante saliera disparado al patio por el susodicho traste. Una vez recibida la masa humeante y dulzona, lo llevó a enfriar colocándolo en la pileta de agua que servía para alimentar al lavadero, a la lavadora y al tinaco por medio de una bomba eléctrica. En suma, esa pileta era una cisterna abierta.

Mientras el agua helada le robaba calor al amasijo de avena, la salivación de Lucas le indicó que era necesario probar la mezcla. Con la cuchara de peltre que aún estaba en el cacharro, llevó un poco a su boca y pudo saborear una explosión cremosa, con canela y dulce. Era estupenda y veía la razón por la que el perro lo miraba atentamente meneando el rabo.

Así estuvo removiendo el compuesto llevando de vez en cuando una cucharada a la boca, hasta que un grito aterrador le hizo brincar provocando que el cuenco del perro estuviera a punto de naufragar en las heladas aguas de la pileta y quedando a unos milímetros de un desastre ecológico en ese microambiente. "Niñoooooooooooo, ¿qué haces? Deja de comerte eso que es del perro. Andale, dáselo ya y te hago adentro avena con leche".

Ya repuesto del susto, Lucas le entregó al can su desayuno y entró resignado a tomar un plato de avena lechosa, viendo perdida la oportunidad de un delicioso "Podrige" canino.

Resignación, chavo, resignación...

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