EN EL METNAL. ¿Y el estado Apá? Parte 2

Me llevaron con "El Perro", un hombre bastante desagradable, con ropas muy sucias y olía muy mal. Parecía mecánico, siempre estaba sucio pero era el jefe de todos esos hombres. Me puso a cocinar para ellos y otras personas que jamás veía yo, pero cocinaba para muchos más. Cuando me agarraron confianza, me empezaron a dar su ropa para que la lavara.

Nos formaron contra las paredes de una bodega y mientras estábamos encañonados nos gritaban: "Somos de la organización de Los Zetas, los vamos a reclutar para trabajar con nosotros y podrán ganar harta lana, en dólares. Pero el que nos traicione, se muere".

Pero una noche, después de la cena, "El Perro" me pidió que me sentara a platicar con él. En ese momento ya estaba borracho y drogado pues se metió mucha cocaína. Me preguntó: “Güerita: ¿sabes porque traigo la ropa tan sucia?

Entre nosotros había mujeres y menores, a todos nos querían obligar a trabajar para ellos y como nos negamos, nos pegaron la espalda a la pared, exigieron que bajáramos la mirada y empezaron a "rafaguearnos". Todos caímos, nos dieron el tiro de gracia.