viernes, 27 de agosto de 2010

EN EL METNAL. ¿Y el estado Apá? Parte 4


Desde entonces, ya no pude dormir bien. Estaba atenta a cualquier ruido. Escuchaba entrar y salir gente de la casa pero no tuve el valor de asomarme a ver qué pasaba. Desde la mañana siguiente a la plática con "El Perro", me dio a la lavar su ropa. Me horrorizaba al verla y al tocarla.

Al pedir auxilio, alcancé a decirles que “la matanza fue hace poco”. Casi no podía hablar pero les dije que los maleantes nos ofrecieron trabajo como sicarios, y que ganaríamos mil dólares a la quincena. Todos nos negamos y con el rechazo vino la masacre. En principio, los marinos no me creyeron, me dijeron que en otras ocasiones así habíann sido emboscados, con mentiras.

Yo lavé muchas veces su ropa, con la sangre de esa pobre gente. Al tallar la ropa salían los pedazos de carne. Todo olía a hollín, para mí es ahora el olor de la muerte. Así estuve tres meses, haciendo la comida y lavando los horrores. En sus parrandas o en las reuniones para arreglar negocios, me obligaban a servirles la comida a los jefes. Recuerdo que cuando se juntaban, los escuchaba decir que "Los Zetas" era una organización muy respetable. A veces me llevaban a un hotel que rentaban en Coatzacoalcos y ahí pude conocer a los jefes de "La compañía" como ellos le decían a su organización.

Era cerca de las siete de la mañana cuando llegué con los marinos, apenas pude balbucear que había más de 70 muertos en un rancho, pero lo tomaban con reserva. El jefe de la partida informó a sus superiores y se decidió hacer un reconocimiento aéreo en la zona y cuando se sobrevolaba fueron agredidos, lo que les hizo pensar que había indicios de que fuera verdad.

Etiquetas: ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio