viernes, 20 de agosto de 2010

CIBERTECNIA. Púber millonario.


Para muchos, pudo ser un sueño convertirse en millonario sea ganando la lotería, encontrando un tesoro, heredando de un tío rico desconocido pero pocos lo imaginan trabajando. El factor edad hace que las posiilidades sean directamente proporcionales, a menor edad, menor opciones de ganar dinero.

Sin embargo, hay excepciones que confirman la regla, como el caso de un chico de 16 años que ha juntado su primer millón de dólares. Su historia es parecida a muchos de los jóvenes actuales pero con la diferencia de que logró cristalizar sus sueños en una cuenta bancaria.

Christian Owens vive en Northamptonshire, RU recibió su primera computadora a los siete años, a los 10 conoció las delicias de una Mac aprendiendo de modo autodidacta las bases para el diseño web y haciendo de Steve Jobs (uno de los fundadores de Apple) un ídolo.

Así, a los 14 decidió iniciar su compañía (Mac Bundle Box) que vendía paquetes de aplicaciones para Mac OS X a precios de descuento que negociaba con los desarrolladores. Con un valor total de $400.00 US, él conseguía venderlos a una décima parte con cierta ganancia. Pero al prometer que en caso de haber suficientes compradores, podría desbloquear una nueva aplicación por lo que se aseguró de que fuese muy popular su portal lo que incrementó sus ventas. En dos años de servicio, reunió su primer millón de dólares.

Animado con ese resultado, ahora ha iniciado una nueva aventura llamada Branchr, una compañía publicitaria que distribuye 300 millones de anuncios al mes en cerca de 17 mil 500 sitios de internet, iPhones y en otro dispositivos móviles. En su primer año de vida, Branchr ha probado ser un éxito pues ya generó $800,000.00 US y ha dado empleo a 8 adultos, entre ellos su madre.

¿Y que puedes desear cuando tienes 16 años y más de un millón de dólares en tu cuenta bancaria?

Christian lo dijo: "Ganar aahora 100 millones de dólares".

Que bueno por él, que bueno por sus ideas. ¿Hasta donde podrá llegar? Ni él mismo lo sabe, sólo el tiempo lo dirá.

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