CRÓNICAS DE TONTILANDIA 071108

UNA DEMANDA DE 17 MILLONES Y 40 AÑOS

Una de las características del mundo moderno que se recrudece en Tontilandia es la velocidad con que la justicia aplica sus resolutivos

Luego de más cuatro décadas de reclamar el pago de sus tierras dañadas debido a la inundación provocada por la construcción de la presa El Tontillo, ejidatarios del municipio de Coahuayutonta, recibieron una indemnización de 17 millones 362 mil 32 tontilines.

La Secretaría de Bobernación (Sebobo) informó que se llegó a un acuerdo para que los habitantes de Coahuayutonta, vieran reparados los daños provocados debido a las obras realizadas por la Comisión Bobal de Eleitricidá (CBE) desde: ¡1962!

Este largo conflicto por el reclamo de una indemnización, se recrudeció en 2007, cuando varias líneas de transmisión que atraviesan ese ejido sufrieron desperfectos y los habitantes impidieron el paso de los ingenieros de CBE hasta que no se cubriera la indemnización por sus tierras.

Ferozmente se resistieron los ejidatarios al empuje de las cuadrillas, de funcionarios e incluso de Bobernadores (así se les distingue con orgullo a quien gobierna en Tontilandia). Finalmente, las autoridades federales consintieron en reunirse con los ejidatarios quienes esgrimiendo un argumento contundente consiguieron destrabar la maquinaria tontilandesa de dinero: "Seremos tontos, pero hasta nosotros tenemos límite". No estamos seguros que los funcionarios hayan entendido a cabalidad lo que quiso decir el grupo de campesinos pero instruyeron al Instituto de Bienes Patrimoniales de Tontilandia a evaluar y pagar.

Después de haber inflado las cifras verdaderas, restado los gastos de traslado y verificación y embolsado lo que bobamente consideran justo para su trabajo, fijaron en $T17'362,032.00 (tontilines) el pago indemnizatorio.

Los representantes del ejido recibieron con beneplácito el dinero aunque se disgustaron entre sí cuando no pudieron ponerse de acuerdo si depositar el cheque en la cuenta del ejido o del comisariado ejidal.

Caramba con éstos tontilandeses. 40 años para recibir el dinero y 40 segundos para pelearse por quien lo va a cobrar.