viernes, 31 de octubre de 2008

CIBERTECNIA 311008

Justificar a ambos ladosFLATULENCIAS POSITIVAS


Socialmente, las flatulencias no son bien vistas (es mas, no son vistas en absoluto pero si percibidas por la nariz y en ocasiones por los oídos) pero jamás se habían considerado como un aspecto benéfico para la salud.

Un nuevo estudio ha revelado que es gracias a los malolientes gases, que el cuerpo controla la presión sanguínea según reporta en un artículo el sitio LiveScience.com.

Las recientes investigaciones con ratones, encontraron que las células que rodean sus vasos sanguíneos hacen que los gases que expulsan, que no son otra cosa sino sulfato de hidrógeno, mantengan la presión de la sangre de los roedores en niveles bajos para prevenir la hipertensión.

"Este mismo gas es sin lugar a dudas producido también en las células que rodean los vasos sanguíneos de los seres humanos", aseguraron los especialistas.

Salomón H. Snyder, doctor en neurociencia del instituto John Hopkins y coautor del estudio, dijo que ahora que conocer el papel que juega el sulfato de hidrógeno en la regulación de la presión sanguínea, "será posible drogas que incrementen su formación como una alternativa a los actuales métodos para los tratamientos de la hipertensión".

El especialista y sus colegas compararon a un roedor normal con uno al que le faltaba un gen de la enzima conocida como CSE, que se piensa es la que produce el sulfato de hidrógeno en el cuerpo.

Una vez que tomaron pruebas de los niveles de gas del ratón deficiente, descubrieron que el sulfato de hidrógeno se había agotado del sistema cardiovascular del roedor deficiente. Lo contrario ocurrió con el mamífero normal, que mantenía sus niveles de gas normales.

Posteriormente, los roedores fueron sometidos a altos niveles de presión sanguínea, comparados a los que experimenta alguien con hipertensión. Como resultado, los niveles sanguíneos del ratón sin la enzima CSE estuvieron lejos de normalizarse, lo que indicó que el sulfato de hidrógeno es un poderoso regulador de la presión sanguínea.

Sin embargo, a pesar del resultado de ésta investigación socialmente seguirá siendo poco aceptable escuchar una flatulencia sonora y pestilente (de no ser la propia y en privado).

Para cerrar amigablemente este extraño artículo, un chiste de flatulencias cortesía de mi buen amigo y vecino Deivid.

Un mexicano que no habla ni gota de inglés, entra a una farmacia en una ciudad de Texas, EEUU y después de saludar le pide en español, señalando en la parte baja de la vitrina una cajetilla de cigarros a la dependienta, quien no habla español. Al agacharse a tomar los cigarrillos, suelta involuntariamente una flatulencia sonora y al poner la cajetilla sobre el mostrador, dice en inglés texano: "Two fifty (pronunciado tu fifti, dos cincuenta)".

Y el mexicano contesta abochornado: "Ah. no. Fuiste tú, yo te oí".

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4 comentarios:

A las 3/11/08, 16:54 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Mi queridísimo Luis,

No cabe duda que eres toda una autoridad en el tema.

Coincido en que al cuerpo no hay que reprimirlo. Pero si bien el inconveniente de las flatulencias es que sean malolientes (o totalmente inodoras, pero que pueden llegar a provocar un severo ardor de ojos), no podemos dejar de lado el tema del calentamiento global.

Si se populariza esta medida, tal vez habría que contemplar la necesidad de hacerle la "verificación" a ciertos individuos.

Un abrazo.

 
A las 3/11/08, 17:03 , Blogger LUCAS ha dicho...

Karlita, me da mucho gusto verle por esta su cabeza.

Y si bien es sorprendente el tema, la propuesta que hiciste al final de tu comentario es por mucho, la cereza del pastel.

Jajajaja, fantástica. Ha sido una gran aportación al blog.

Besos.

 
A las 3/11/08, 18:27 , Blogger Miguel Miranda ha dicho...

Jajajaja!!! me encantó lo de la verificación!!! yo voy a tener que pedir mi calcomanía CERO para pedorrearme todos los días!!! eso sí, después de las 10 pm y hasta las 6 am jajajaja!!!

 
A las 4/11/08, 4:23 , Blogger LUCAS ha dicho...

Válgame Dior, con usted Mr. Zorombaticou.

¿Y por qué la necesidad de un horario?

¿Y el libre albedrío, donde lo deja usted?

Se me hace que es el heredero del comandante cero.

Jajajajaja.

 

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