DE LA CAVA DEL PATRÓN 311008
EL NAZI ROY FARKES
Sabemos que la perversidad humana alcanza niveles insospechados, sobretodo en individuos desequilibrados mentalmente, moralemente, socialmente, económicamente o espirtualmente. O en combinanciones con alguna o todas las anteriores.
Y cuando se juntan el hambre con las ganas de comer, el festín es pantagruélico.
Así le sucedió a Lucas cuando siendo un niño de 8 años, entró, por el cambio de residencia, a una nueva escuela. Existía un prefecto ario perfecto: blanco, güero, con ínfulas de superioridad, cruel, gringo (por lo menos eso decía) y para completar el marco, religioso (benedictino). Gringou, gringou, de esous con aidioma mascadou, exigiendou el usou courrectou del inglish, nou españoul please. Para mayor comprensión, atender el cromo siguiente.
Lucas siempre pensó que su terminal O.S.B. era por Oh, Son of a Bitch, pero descubrió más tarde que era por Órden de San Benito. Claro que por sus acciones, siempre le vino mejor lo primero.
Roy Farkes se conducía como, y era, un resabio del nacismo alemán de los cuarentas, mirando siempre por encima y burlonamente a los mexicanos, actuando con una crueldad tan desmedida que, además de al pequeño que origina ésta columna, consiguió arrancarles violentamente a muchos la religión católica.
Era especialmente veloz al momento del castigo, se le notaba saboreando el instante al venir. Acudía presto cuando la algarabía infantil estaba en su apogeo y a silbatazos en el oído acababa con la diversión. O bien, al ser atrapado en algún ilícito (falta de conducta, falta de tarea), entraba con su falta de adorable progenitora, castigador en mano: imagináos, que verle llegar implicaba si estabas enredado en algo fuera de las reglas, que tus tiernas asentaderas probarían su endemoniada furia; te obligaba a poner las manos sobre tu pupitre y al agacharte, presentabas el trasero, el que era impactado furiosamente con una regleta larga, de unos 40 cm por 8 de ancho hecha de "Neolite (neolait)", material creado para los tacones de los zapatos y aerodinamizada con perforaciones a lo largo. El impacto era, además de atronador, ardoroso como una mentada a tan insigne mujer que nos parió. Venían por tercias y a pesar de que era imposible sentarse incluso sobre almohadas, tenías que regresar a tu banca de madera. La colección infantil tan limitada de improperios era volcada mentalmente sobre el nazi. Y con las niñas, eran golpes en las palmas. Peor aún.
O bien, si eras atrapado corriendo en los pasillos, el castigo del OSB era cuidar una planta durante una hora, totalmente inmóvil, so pena de "neolaitazos". Pero su crueldad rayaba en el paroxismo (para quien no sepa, es la exaltación extrema de pasiones) al subir a los autobuses que conducián a los párvulos a su casa, la última repasada.
Lucas de 8 añitos estaba al fondo del camión casi gritando (pues todo el mundo lo hacía y no te escuchaba tu compañero de al lado) sobre temas propios de la edad, demostrando de pie como tiraba su tela el sorprendente hombre araña, cuando el ruido y su ensoñación se esfumaron al ver el silbato y la corbata roja del nazi Farkes, con una máscara violenta de facciones. "Erres una basurra" dijo el malnacido al tiempo que tomó al pequeño de las patillas y lo levantó de ahí hasta golpear por tres veces la cabeza de Lucas (Ja, y ahora te asomas ahí) infante en el techo del camión. Imagina que:
1.- jalar a alguien de las patillas (ambas) es dolorosísimo
2.- levantar a cualquier cuerpo asido de tan pequeñas zonas, provoca una concentración innoble de presión
3.- elevar a un niño de 8 años al techo de un camión implica recorrer su estatura hacia arriba
4.- estrellar su cabeza contra una lámina tan dura como un techo provoca mucho dolor
5.- suma lo anterior y multiplícalo por 3 repeticiones 3
Y la escuela se atrevió años después a decir que el nazi Farkes fué a que le operaran la nariz cuando regresó con hematomas en la cara y un vendaje impresionante sobre dicho apéndice.
Supimos que un par de afectados por sus desviaciones egresados de preparatoria lo esperaron un día y le devolvieron todos sus cariños.
Cómo recuerda Lucas al nazi Farkes cuando lee declaraciones de los cardenales. Jijos de su OSB.
Etiquetas: NAZI, ROY FARKES
2 comentarios:
Qué bueno que se sonaron a ese malnacido! cando yo estudié con los maristas, había algunos curas que así actuaban. Vilchis era uno de los aficionados al arte de la patilla, hasta que un papá se lo descontó. Al otro día lo transfirieron a Morelia. Al chavito lo corrieron tambien.
OH, si. Mi estimado zorombático, hay quien se considera digno de la divina envuelta sin mayor merecimiento que el haber nacido poco pigmentado.
Y pues generalmente, a esos les va de despigmentada mater.
Tiempos pasados...
Por fortuna.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio