miércoles, 17 de abril de 2013

LA INSALUBRE INDUSTRIA DE LA SALUD Parte 3


Imagino que tú tienes confianza en el sistema farmacéutico moderno, la industria que produce las medicinas que los médicos te prescriben. Y que lo que menos pasa por tu mente cuando vas a surtir la receta, es que en vez de sanarte, te enfermarán aún más. Es impactante saber que deposita uno su confianza en el médico que resulta ser pagado por las firmas para promover sus medicamentos y no los que realmente necesita tu caso. Pero las consecuencias de esa práctica son criminales: lejos de aliviar tus afecciones, se agrava el estado de salud cayendo en mayor dependencia del moderna insalubre sistema de salud.

Para que te ilustres mejor y reconsideres como manejas tu salud personal y familiar, te reproduzco a continuación una entrevista sumamente importante. Antes, considero fundamental advertirte que puedes evitar esta trampa mortal de modo bastante sencillo pero tienes que cambiar tus hábitos y esforzarte un poco, no mucho para estar fuera de las garras de la combinación médico-farmacético-hospitalario-funerario. Revisa que tanto haces de modo real con estos puntos de acción:

1) Es innecesario ingerir complementos vitamínicos. Los alimentos naturales contienen todo, absolutamente todo lo que necesitas. Debes conocer que alimento contiene que nutriente y saber combinarlos. Investiga, documenta y actúa.

2) Haz ejercicio. Nos hemos convertido en seres sedentarios. Si observas, ningún animal en la naturaleza es obeso (es un proceso natural de los osos para soportar el invierno el ganar mucho peso), pues andan a pie. Solo nosotros consumimos más de lo que necesitamos y el cuerpo lo guarda. Tal parece que evitamos a propósito el esfuerzo. Camina todos los días aceleradamente, no paseando. Usa las escaleras en vez del elevador todas las veces que puedas, deja el auto a distancia prudente del lugar a donde vas para que camines. Los gimnasios son una moda, la salud no.

3) Planea tus alimentos. Hacer ejercicio (incluso a un costado de tu cama, al despertar) en ayunas, consume la mayor cantidad de grasa que en cualquier otro momento del día pues el estómago está vacío y consume lo almacenado. El desayuno es muy importante, te dará energía para la mitad del día. Es un error beber un café al son de que no tienes hambre. Y eso es por que ingeriste grandes cantidades por la noche del día anterior. Y comer un guisado temprano reduce la necesidad de proteínas para el resto del día. En la comida, aliméntate, nútrete, no hagas caso a los antojos, debes darle al cuerpo el combustible necesario. Y por la noche, hazlo ligero, ingiere frutas, verduras crudas y en poca cantidad. No te atiborres para irte a la cama ligero y puedas dormir bien. Tiene un propósito fundamental: permitirás a tu cuerpo hacer reparaciones musculares, neuronales y podrá hacer eliminación de toxinas de modo eficiente, en vez de dedicarse todo ese tiempo a la digestión.

4) Si no tienes la maravillosa oportunidad de hacer todos tus alimentos en casa, en vez de hacerlo en puestos callejeros (fuente de infecciones y calidad dudosa de ingredientes), restaurantes (llenos de aditivos y grasa), prepara tus comidas desde la noche anterior y consúmelas en un jardín. Será más barato, placentero y saludable.

A pesar de que hay muchos puntos más, es momento de presentar la entrevista que le otorgó el Premio Nobel en Medicina, el Sr. Richard J. Roberts al diario español la Vanguardia. Léela con atención y forma tu criterio, no dejes que los demás lo decidan por tí.

¿La investigación se puede planificar?
- Si yo fuera ministro de Sanidad o el responsable de Ciencia y Tecnología, buscaría a gente entusiasta con proyectos interesantes; les daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada más que investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.

- Parece una buena política.
- Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la investigación básica; pero si quieres resultados más inmediatos y rentables, debes apostar por la aplicada…

- ¿Y no es así?
- A menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de preguntas muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria biotech estadounidense para la que trabajo.

- ¿Cómo nació?
- La biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar si podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.

- Toda una aventura.
- Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil obtener fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la guerra contra el cáncer en 1971.

- ¿Fue científicamente productiva?
- Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha investigación, como la mía, que no servía directamente contra el cáncer, pero fue útil para entender los mecanismos que permiten la vida.

- ¿Qué descubrió usted?
- Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing (empalme de genes).

- ¿Para qué sirvió?
- Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin embargo, sólo tiene una relación indirecta con el cáncer.

- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud… Tengo mis reservas.

- Le escucho.
- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.

- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…

- Como cualquier otra industria.
- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.

- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.

- Por ejemplo…
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad…

- ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que hacen crónica la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.

- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para convertir en crónicas dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que le digo.

- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.

- ¿Un ejemplo de esos abusos?
- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.

- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?
- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.

- ¿Los políticos no intervienen?
- No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.

- De todo habrá.
- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…

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