miércoles, 8 de febrero de 2012

EL LADRÓN DE CEREBROS

Los hijos de Lucas a muy temprana edad, fueron inducidos por sus padres a la lectura. Les procuraron libros sin diálogos, únicamente con dibujos conectados con una historia. Y aquellos que les eran interesantes con letras, Lucas los reunía sobre sus brazos en cama o sofá y les leía bajo la exigencia de su prole de hacer "voces", identificando así a cada personaje. En cuanto aprendieron a leer, relevaron a su padre de la responsabilidad de la lectura nocturna y adquirieron el delicioso vicio de leer antes de dormir.

Es aquí donde conviene ilustrar el rumbo que tomó este pensamiento de Lucas, con algunas líneas salidas del truculento seso de Porfirio Muñoz Ledo en un artículo llamado "La Insoportable Levedad": Tanto Peña Nieto como Ernesto Cordero son fruto de una educación flaca y funcionalista: para acceder al empleo, que no para incorporarse al saber. Son también subproducto del ciclo neoliberal para el que todas las soluciones han sido construidas de antemano. El pensamiento lineal no es propiamente pensamiento, sino papel pautado.

Y difícilmente se puede disentir de ésas líneas ya que mientras más leído y "escrebido" sea un pueblo, más difícil es de manipular. Por cierto, recomiendo mucho que busquen dicho artículo (Lucas les ahorró el trabajo, pulsen ésta liga para que lean completo el susodicho http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=133934), sus distintos recorridos desnudan a las formas burdas que los políticos en México emplean, aún hay muchos incautos que siguen cayendo en sus redes.

Y para que el asunto sea completo, hay que procurarse lecturas que saquen al cerebro de su anquilosamiento, lo muevan, lo desempolven y le quiten la rigidéz artrítica que impone la flojera y su fiel compañera, el apatía. Una de esas lecturas sorprendentes y gratificantes la presenta Pere Estupinyá, quien es un Bioquímico español, destacado por su labor como divulgador en el programa de TVE Redes, donde trabajó con Eduard Punset. Y precisamente esa labor lo llevó a ser elegido por un programa del MIT de Boston en Estados Unidos que seleccionó 10 periodistas de corte científico para prepararlos y permitirles que rascaran todos los recovecos del tan laureado instituto.

Durante un año, Pere vivió y convivió en el lugar con la curiosidad exacerbada e indagando por cuanto pasillo y laboratorio encontró, entrevistando a los científicos y ofreciéndose como conejillo de indias en sus experimentos. Todo eso lo reporta en su libro EL LADRÓN DE CEREBROS pues así se considera al robarse periodísticamente los pensamientos de sus colegas. Lucas te sugiere profundamente que lo compres, que lo busques y si tienes iPad, lo bajes desde el App Store pues la primera parte es gratuita y el complemento es muy barato. Vale mucho la pena seguir su narrativa tan sencilla en campos truculentos de vocablos técnicos incomprensibles, te divertirás, aprenderás y lo más importante, pensarás.

Y como dice Lucas, la lectura es al cerebro lo que el ejercicio es a la musculatura. Una gimnasia de vida.

A darle, pues...

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