viernes, 17 de octubre de 2008

CRÓNICAS DE TONTILANDIA 171008

¿Y LA JOMER, TICHER?

En Tontilandia, las puntadas del sector político son vistas con alegría mas que con coraje pues han sido tantas y dado que cada una supera a la anterior, a la población de tan asombroso pueblo tan solo le queda reír. Algunos ríen bobamente (es la risa nacional), otros a carcajadas (los mas avanzados), pero los profesionales lo hacen con sorna, grado de excelencia difícil de conseguir.

Para el caso que nos atañe, a la lideresa de los profesores a nivel nacional, se le ocurrió que para contentar a la cúpula del gremio que anda medio descontenta por eso de la reforma educativa y la aniquilación de derechos vitalicios y heredables de sus plazas de trabajo, les haría obsequios imposibles de despreciar. Enterémonos del asunto.

En las afueras de cierto recinto plagado de líderes regionales del magisterio, en una noche fresca, los porteros y acomodadores de autos (aquí el Valet Parking se entiende como un baile estacionario) pasaron el susto de su vida cuando de entre la oscuridad aparecieron extrañas luces en cantidad y calidad cercando el recinto.

LA FAMILIA, pensaron unos. LOS ABRELYANO FENIX, supuso uno versado en el asunto. AFIS, se alarmó la taquillera, EL EJERCITO, se dijo el barrendero. Pero sendos choferes bajaron de cada unidad que por tamaño, anchura e iluminación pasaron perfectamente por comando levantador de adinerados.

Sin embargo, fueron recibidos con un atronador aplauso en el recinto, ya que llevaban las primeras camionetas JOMER que doña TELMA ESQUER BOBILLO, única lider y además vitalicia de los maestros, esperaba obsequiar a sus principales operadores y agitadores de masas en premio a su lealtad y sumisión. Es decir, su misión era mover tumultos según la conveniencia y para eso, todos deben ser sumisos.

Pero no contaron con que los máximos secretos se saben incluso antes de ser revelados, pues se usa la técnica de la piratería en discos musicales y películas, que pone a la venta los éxitos antes de estrenarlos. Y para la edición matutina de diarios nacionales, se enteró la población tontilandesa que su dinero arrancado por las garras zopiloteras del ministerio del Tesorito, era usado para comprar y regalar jomers que cuestan un montón de devaluados "tontilones" (moneda corriente en Tontilandia; la fina, es el oro).

Tan pronto como se supo la noticia, la presión se elevó considerablemente junto con las carcajadas de políticos, cronistas, comentaristas e incluso las mas bobas entretenedoras de amas de casa en la televisión nacional. Se iniciarion los rumores de averiguaciones previas (en Tontilandia nunca se hacen averiguaciones posteriores, siempre son previas al delito, al asunto, al juicio pero siempre previas) y la reacción magisterial no fue magistral. Doña Telma Esquer tuvo que improvisar raudamente y con poco tino pues lo único que se le ocurrió a su ex-asesor personal (en este momento busca chamba, por si alguien necesita uno) fue explicar que eran para ser rifadas y con el dinero recaudado, habría donaciones a escuelas necesitadas.

Pues la nación estalló no solo en carcajadas, las burlas arrancaron como reacción en cadena, pues es sabido que los maestros se quedan con las donaciones y aportaciones de padres de familia, gobierno e iniciativa que es privada pero de la respiración al ver que su dinero, su sacrosanto dinero termina en el bolso de doña Telma Esquer Bobillo.

Rocha en La Jornada

Y cuestionando a su lideresa, el cabecilla de una sección del sindicato, no tuvo otra forma de preguntar sobre el destino de su camioneta, mas que rematando lo grotesco del asunto. Su voz chillona resonó en la oficina plagada de mal gusto de la Bobillo: ¿Y la jomer, ticher?

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