viernes, 10 de octubre de 2008

EL POR QUÉ DE LAS COSAS 101008

DAR PALOS DE CIEGO

La ceguera -aparte de ser una desgracia para quien la padece- ha sido siempre motivo de burla y pretexto para la creación de frases y expresiones divertidas.

Basta con recordar algunos de los juegos populares nacidos en tiempos remotos cuyo elemento principal era privar ocasionalmente de la vista a los participantes.

Tales son los casos de LA GALLINA CIEGA y LA PIÑATA, juego que llegó a dar nombre a un día: el "Domingo de Piñata", en cuyos festejos se vendaban los ojos de los participantes y armados de un palo, comenzaban a dar garrotazos contra una cazuela de barro que resultó con el tiempo exquisitamente adornada, pendiente de una cuerda. Cuando la vasija era alcanzada por un certero garrotazo, se abría derramando su contenido -agua, frutos o pequeñas golosinas- sobre el autor del golpe. Así, la gente estallaba en bullicioso jolgorio.

De esta alegre costumbre, acostumbrada aún en nuestros días, proviene la expresión DAR PALOS DE CIEGO, aplicada para significar el perjuicio que se sufre al proceder sin tino ni cautela, a lo loco, en cualquier asunto delicado.

Ahora, de la mente retorcida de Watson, otra Watsonada del idioma:

INTENTE DECIR: A pesar de tu entrenamiento y experiencia, te derrotaré.
EN LUGAR DE: A mi, me la pelas…

Y ahora, cortesía de mi hija, otra yucatecada:

A la hora de contar los números nunca por ningun motivo hacerlos de manera completa, es decir en lugar de decir ‘setenta y cinco’, ‘treinta y nueve’, ‘cuarenta y tres’ solo tienes que pronunciar ‘setenticinco’, ‘treintinueve’,’cuarentitres’ y asi con los demas numeros. ¿Complicado? Para nada solo es cuestión de práctica.

Finalmente, una reflexión:

Tú, ¿qué prefieres, saber un poco de todo o todo de un poco?

Hasta la próxima.

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