viernes, 22 de agosto de 2008

CIBERTECNIA 220808

AULLIDO CANINO.

A mi suertudota le llama la atención y a veces hasta se molesta cuando nuestra Rottweiler llamada Frida (Fridelia del Toboso para ella) aúlla al escuchar las sirenas de ambulancias, patrullas, bomberos y sorprendentemente cuando pasa un camión repartidor de gas doméstico con una canción bastante fea cantada por una mujer. Incluso hasta emplea falsete la Fridelia. Así que me preguntó (mi suertudota, Fridelia no habla humano) por qué es que aúlla y por qué solo ella y no las dos Golden Retriever que completan nuestra familia canina. Curiosamente, las Golden jamás lo han hecho, no lo han necesitado pero Frida si. Para comprender mejor éste fenómeno, entendamos la función del aullido.

Es una señal auditiva que consiste en un sonido continuo cuya duración varía de uno a once segundos y que fluctúa en un rango de 150 a 780 ciclos por segundo. Esta vocalización es mucho más frecuente en los lobos que en los perros, debido a los diferentes estilos de vida de los lobos con respecto a sus parientes domésticos.

El aullido tiene como principal función decidir y coordinar los movimientos de la manada, desde las travesías hasta las cacerías. El perro que es alimentado y sacado de paseo por su dueño no tiene necesidad de organizar el grupo y por lo tanto habitualmente no tiene grandes motivaciones para emitir esta vocalización

No obstante, los perros suelen aullar en dos circunstancias bien definidas. Una de ellas ocurre cuando un perro es dejado repentinamente solo. La soledad estimula la emisión del aullido, que tiene la misma función que en los lobos, es decir, reforzar la cohesión del grupo. En la vida salvaje el resultado del aullido de soledad es atraer a los otros integrantes de la jauría; sin embargo, los perros de la ciudad raras veces consiguen que sus propietarios acudan en su búsqueda, sino más bien que los vecinos se enojen

La segunda circunstancia también frecuente en las manadas de lobos acontece cuando el aullido de un individuo estimula a que otros congéneres emitan la misma vocalización con la consiguiente formación de un coro. Esto se debe a un fenómeno denominado "facilitación social": el comportamiento de un animal funciona como estímulo para el desencadenamiento del mismo comportamiento en otros animales. Por eso cuando un perro aúlla frecuentemente es acompañado en su manifestación por el resto de los perros del vecindario. Más aún, en las grandes ciudades es habitual que los perros comiencen a aullar al oír el sonido producido por las sirenas de las ambulancias, los bomberos, etcétera. Esta actitud se debería presuntamente a que los perros interpretan que corresponden a un mensaje emitido por algún congénere. Pero Fridelia ama el canto a coro con los bomberos y el gas.

Y para el cierre sabroso, un ejemplo de cómo se enseña física, en éste caso aceleración de partículas de modo simple, divertido, pegajoso y fácil de asimilar. Aprendan, que algún día ha de servir.

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