viernes, 10 de junio de 2011

EN EL METNAL. Fantasilandia.

La situación general del país ha afectado a toda la población, a algunos en una forma pero a la mayoría, de muchas. A los muy pocos ricos los ha convertido en botín atractivo para los secuestradores y malvivientes; al resto, nos ha cancelado la posibilidad de crecimiento, desarrollo y hasta de supervivencia. El desastre se sentirá peor conforme avance el tiempo, ya que el recambio generacional sufrirá las consecuencias de las políticas torpes de los gobernícolas cuando no existan jóvenes preparados para hacerse cargo de las fábricas, empresas de servicio, puestos públicos y del país en sí.

Todos contemplamos con suma tristeza la manera tan aberrante en que se pasean con despreocupación los funcionarios de los gobiernos municipales, estatales y federal en su torpeza creyendo que han hecho el papel de héroes, cuando la historia los juzgará con la realidad cruda y dura.

Tal es el caso del secretario de hacienda actual, Ernesto Cordero que se ha ganado el desprecio general con sus declaraciones tan frívolas e insensibles. Ha salido el tipo con la desfachatez propia del político que desprecia a la población, en medio de una terrible crisis económica, social y de valores, a decirnos que con seis mil pesos se vive bien (cosa que debería aplicarse a él mismo en primerísimo lugar para que constante que eso es verdad o desastre), para escupirnos luego en la cara el hecho de que México ya no es más un país pobre (cuando eso lo define el ingreso per cápita y es de los más raquíticos en el planeta) y finalmente, gritar triunfalmente con la esperanza de ser considerado el siguiente presidente (Dior nos libre), que el salario mínimo hoy compra más que antes.

Insensible, idiota y despreciativo. Así se comporta el que no sufre en carne propia el cansancio de toda una jornada improductiva de trabajo para apenas poner algo de comer en la mesa, que sufre la enorme mayoría de la población.

Y tal como me definió un amigo con el cual tuve que estar de acuerdo, éste es un gobierno que se comporta como una empresa. Frío, ajeno a la temperatura social y deseoso de mostrar cifras triunfales que no nos dan de comer, que nos cancelan el futuro y dejan a nuestros hijos en manos del espejismo del narcotráfico. Y todavía hoy leí una noticia donde la SCT al exigirle a TELMEX que baje su tarifa de telefonía rural de 75 centavos a 4, la empresa dijo que prefiere no invertir más en ese rubro pues no le es rentable, me pregunté quien lo haría pues toda esa población se verá relegada del servicio de comunicación que debiera ser un derecho. Ni telmex hace obras sociales ni el gobierno-empresa invertirá ahí.

No hay más que obligarlos a bajarse del poder. A unos y a otros. México necesita de mexicanos, no de empresarios.

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