viernes, 21 de mayo de 2010

DE LA CAVA DEL PATRÓN. Disco Infante.

¿Quieres que te lo cuente? Dale play, abajito.






Lucas amaneció muy emocionado pues ese sería un día especial en su primer grado de secundaria. En el salón de clases habían organizado días antes un intercambio de regalos y nadie sabía quien entregaría, tan sólo a quien se lo daría.


Así que después de desayunar, tomó su obsequio y subió al auto familiar para que lo llevaran al colegio. Todos sus amigos llegaban con regalo en mano haciendo un concierto de destellos y moños de colores. Y después de que los minutos pasaran lentamente en el día, llegó el momento esperado por todos. Se guardaron en un parpadeo los implementos de estudio y aparecieron sobre los pupitres una lluvia de cajas con envolturas disímbolas.

Uno a uno, se fueron entregando los obsequios. A Lucas le devoraban las ansias pues no sabía si sería hombre o mujer el orígen del suyo, pues consideraba que podría no cubrir sus expectativas.

-Guillermo le entrega a Luis- sonó la voz orquestadora de fantasía del intercambio. A Lucas se le encrisparon las pestañas y las neuronas, ¿qué será, será bueno, será interesante? Se levantó raudo y veloz pues por andar en sus cavilaciones, Guillermo se adelantó. Después de un abrazo afectuoso, le entregó un cuadrado con un moño al tiempo que le decía a Lucas: -Espero te guste, aún no lo he escuchado.

¡Un disco!, a Lucas le regalaron un disco y además era un Long Play. Caben en éste momento un par de aclaraciones: en ese tiempo existían unicamente los discos de vinil de 45 rpm (los sencillos) y de 33 1/3 (los de larga duración) aunque ya estaban en el pasado los de 78, los reproductores aún conservaban esa velocidad en el selector; además, el padre de Guillermo dirigía una empresa disquera, para fortuna de Lucas. Un Long Play era una joya en el momento.

Llegar a su casa, botar su portafolios y escuchar el disco fueron la misma cosa para el imberbe. Decidió poner mucha atención ya que el diseño de la portada era diferente a lo que había visto.


Pero el sobre interior contenía mucha información que no acostumbraban los editores llevarle al consumidor. Para Lucas era un artista desconocido, proveniente de la Gran Bretaña y que potenció su ya desmedida pasión por la buena música.


Aunque su madre insistió mucho en que moderara el volúmen, Lucas se mantuvo absorto escuchando cada uno de los registros que el disco Pin-Ups ofrece, música de los 60´s de Inglaterra de grupos fundamentales para Bowie en el rock, interpretadas por el estilo inigualable del hombre que cayó en la tierra.

David Bowie a partir de ese día quedó instalado, pero irremediablemente vinculado a Guillermo, en la memoria de éste muchacho. De eso, ya son 36 años y Lucas sigue disfrutando como ese día del álbum.

RELATOR, APROVECHO EL MOMENTO PARA DESEARLE FELIZ CUMPLEAÑOS A GUILLERMO.

Claro Lucas, con mucho gusto. Y Guillermo le abrió a Lucas la puerta de Kinks, Yardbirds, Who, pero especialmente de Pink Floyd. Y por supuesto, de David Bowie. Uf...

He aquí el original de Pink Floyd "See Emily Play" que incluyó Bowie en éste álbum.



Y aquí está la versión de Bowie que resultó en un monumento.



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