viernes, 27 de noviembre de 2009

DE LA CAVA DEL PATRÓN. Trailer Recuperado.

Después del fallido intento de estrenar el trailer, la familia de Lucas lo vió languidecer estacionado afuera de su casa. No podían comprender como algo que sería motivo de tanta alegría se convirtió en unos cuantos segundos en pesimismo completo. El recio Ing. Saint-Martin no quiso ni verlo, Doña Lupita se dedicó en silencio a recoger la locura interna del carromato y los niños observaron como debido al accidente, se percató la familia de que eran objeto de un robo por parte del personal de servicio. Al regresar maltrechos antes de lo planeado, evitaron un desfalco mayor. Ante los ruegos plañideros de las sirvientas, la hermosísima madre de Lucas las dejó ir sin antes recibir un discursillo avinagrado y notorio en alusiones maternas.


Así pasaron un día tras otro y el trailer amarillo con su franja negra, entristecía irremediablemente, mientras las vacaciones se escapaban por la puerta del desánimo. Y mientras Doña Lupita preparaba la comida de un día ya en resignación, el sonido prístino de la campana de bronce la sacó de sus actividades. Afuera, un individuo bien vestido se presentó preguntando inicialmente si en ese hogar vivían los propietarios del accidentado trailer. Después de afirmarlo, Doña Lupita recibió la pregunta obligada "¿pues qué les pasó? y después de ser enterado, movió la cabeza de un lado al otro mientras caminaba alrededor del trailer. Recomendó que el recio Ing. Saint-Martin llegara a donde ellos observaban y después de una rápida llamada telefónica, se apersonó.

El hombre en cuestión puso en conocimiento que el diseño de la casa rodante era el más seguro, el más confiable que se conociera hasta ese momento. Le mostró que el arnés que le habían construído era el culpable y así se supo que estaba diseñado para ser arrastrado por un VW sedán agarrado del techo y no por un auto que lo jalaría desde la defensa trasera.

Eso inyectó ánimos al recio Ing. Saint-Martin y cayeron en cascada al resto de la familia. Lucas lo acompañó a la fábrica donde fué armado y se dedicaron a repararlo.

Las vacaciones, estaban salvadas. Y la familia estaba a punto de disfrutar de una serie de aventuras que jamás olvidaría.

Al menos, Lucas no lo hizo.

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