lunes, 23 de noviembre de 2009

CIBERCIENCIA. Whiskey añejo "on the rocks"

Está a punto de ejecutarse una expedición sui-generis, muy especial. Un equipo de arqueólogos de Nueva Zelanda buscará dos cajas de whisky de malta escocés de una cosecha especial enterradas desde hace un siglo bajo los hielos de la inhóspita Antártida. Un equipo de arqueólogos de Nueva Zelanda buscará dos cajas de whisky de malta escocés de una cosecha especial enterradas desde hace un siglo bajo los hielos de la inhóspita Antártida.

En 2006, dos arqueólogos descubrieron 25 cajas del whisky atrapadas en el hielo debajo el suelo de madera de una cabaña que construyó la expedición de Shackleton, pero en aquella época las cajas y las botellas estaban cubiertas de un espeso manto de hielo que impidió desenterrarlas.

Las autoridades neozelandesas han accedido a que los arqueólogos recuperen dos de las cajas, pero las otras deberán quedarse dónde están, dado que así lo obliga el Tratado de la Antártida, un acuerdo de patrimonio histórico firmado por los doce países que co-administran el continente helado.

La destilería escocesa Whyte & Mackay, que distribuye la marca McKinlay, alega que tiene derecho a que le hagan entrega de una botella o al menos una muestra del whisky de malta, tan añejo que la destilería dejó de producirlo hace años. Whyte & Mackay cree que si los tapones de corcho se han mantenido intactos, resulta muy posible que el sabor del whisky haya mejorado, pero matiza, que si las botellas están ladeadas, los cierres estarán afectados por la corrosión, con lo cual el aroma puede haber empeorado. Incluso la destilería se plantea analizar su composición para intentar elaborar un whisky con ese mismo sabor, un aspecto que al jefe de la expedición de arqueólogos, Al Fastier, parece no interesarle.

La fracasada campaña de Shackleton, conocida como la Expedición Nimrod (1907-1909 http://es.wikipedia.org/wiki/Expedici%C3%B3n_Nimrod para quien quiera saber más), fue la primera de sus tres aventuras por llegar al punto más meridional del globo. Cuando estaba a solo 160 kilómetros de distancia de su objetivo, los exploradores al mando del irlandés decidieron abandonar su meta por el mal tiempo y la escasez de provisiones. La expedición fue financiada por inversores privados, algunos de los cuales contribuyeron con dinero y otros con regalos, y así se explica la presencia del whisky, que se encontraba en la cabaña "para celebraciones especiales, como cumpleaños y Navidades", explica el jefe del equipo de arqueólogos neozelandeses.

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