lunes, 23 de noviembre de 2009

DE LA CAVA DEL PATRÓN. El Gol más Bobo.


Lucas se preparó un sábado para el juego de futbol que tendría por la tarde en el club Mundet, era importante ganar, bueno siempre es importante ganar cuando entra uno en competencia. Pero ese día adquiría mayor significado el ganar el partido, pues se enfrentaría a su mas odiado rival y con la victoria alcanzarían la punta del campeonato.


Por lo tanto, decidió que era el momento de jugar como nunca, ser inteligente y estar concentrado. Así lo transmitió a sus compañeros cuando se reunieron previamente a la entrada a la cancha. Confiados en que podrían lograrlo, se alinearon y el árbitro marcó con su silbato el inicio del juego.

Lucas formaba parte de la defensa, concretamente en la central y su padre, el recio Ing. Saint-Martin lo observaba desde el enrejado, le aconsejaba, le orientaba y lo regañaba.

El juego después de la primera mitad aún presentaba un cero-a-cero nada aburrido en el marcador amarillo, de lámina que se levantaba detrás de la portería más alejada al club. Al comenzar la segunda mitad, el equipo de Lucas consiguió anotar lo que elevó tanto la alegría de Lucas, como la frustración de los rivales, quienes se volcaron intentando conseguir la igualada. Y llegó de la manera más baja que nuestro niño puede recordar, ya que el árbitro marcó penalty aduciendo que hubo mano de Lucas en el área cuando se notaba una marca polvosa pero bien definida en el muslo del niño. Sin embargo, las protestas de nada sirvieron y se anotó el gol que llevaba el marcador a uno iguales.

El coraje era más encendido que el rostro colorado de Lucas, consideró injusto el proceder arbitral y decidió que sorprendería al rival, se colocó al centro del campo, y con el acuerdo previo con sus compañeros, retrasó el balón a uno de los medios, quien tenía la órden lucasiana de golpear el balón por arriba hacia donde entraría nuestro niño al área y trataría de anotar. El balón voló hacia la línea lateral producto de una patada mal acomodada, pero llegó a los pies de un lateral del equipo de Lucas, quien le cedió el pase y al llegarle a la pierna izquierda (Lucas es derecho, tanto en el honor como en lo físico) y soltó tremendo tiro de zurda que salió suave, pegando brinquitos como piedra en el estanque.

El niño se desilusionó por haber chutado de manera tan boba, pero los brincos le jugaron una broma al portero rival al colarse entre sus manos y piernas a la red.

Gol, gol, gol de Lucas, un gol muy bobo, el gol más bobo de la historia, pero gol al fin y gol para tomar la punta del campeonato. Lucas, a la fecha, se ríe bobamente al recordar la patada tan boba, al bobo del portero y el gol.

Ja...

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