viernes, 13 de noviembre de 2009

DE LA CAVA DEL PATRÓN. Trailer Amargo.

En el año de 1973, Lucas ya había cumplido 13 años cuando su padre, el recio Ing. Saint-Martin compró un trailer o remolque con la intención de prolongar el alcance del dinero vacacional. Así se disfrutaría mucho más de la carretera, no se gastaría en hoteles ni restaurantes.


Cuando lo llevó a casa, la familia se emocionó de sobremanera en especial Lucas quien sintió el resultado de que se sobre-estimulara su glándula del alboroto. Y su algarabía estaba plenamente justificada, pues a pesar de ser pequeña, la casa rodante tenía cocina, fregadero, baño con regadera, mesa para comer convertible en cama y una cama superior de buen tamaño. Toda la familia de 6, cabría ahí.

Después de algunas adaptaciones menores y una gruesa capa de pintura amarilla, y una franja negra que Lucas sugirió como para darle aires de "deportivo", oficialmente se le declaró apto para tan divertido propósito: pasear a la familia sin un gasto elevado. Y para mayor comprensión del asunto, va una descripción somera: en el frente describía una graciosa punta el carromato desde la parte mas alta como si fuera la quilla de un barco, bajando en arco hasta el único eje. Ahí formaba ya el piso de la casa hasta culminar cuadradamente. El arco anclaba a un par de tirantes paralelos al piso cerrándose al frente para presentar la trampa que tomaría a la bola de arraste de la defensa del Chevy verde familiar. Completaba el arnés un parante que encajaba justo debajo del ángulo que formaban las dos ventanas superiores.

Después de ser cargado con latas, frascos, platos, cubiertos, vasos, carnes frías y unas cervezas en su refrigerador diminuto, la familia subió al auto después de que un rotundo NO cortara las aspiraciones de Lucas de rodar dentro de la casa rumbo a un día de campo que prometía emociones a raudales. Bien sabía su padre lo que decia y cómo lo decía.

Enfilados, bajaron la prolongada loma que muestra orgullosa a las Torres de Ciudad Satélite, cuando el trailer inició un movimiento oscilatorio lateral, chicoteando con mayor fuerza a cada instante hasta que se soltó del auto y volcó ante el horror familiar.

Inmediatamente se detuvo todo el tráfico de la supercarretera y muchos transeúntes entraron para auxiliar a la familiia que estaba blanca como el papel por el susto. Afortunadamente, el auto resistió los embates y se comportó correctamente, mas no así la casa rodante que mostraba impúdicamente sus ruedas al yacer sobre un costado. Entre todos los que se acercaron, se le puso en pie nuevamente y se enganchó, obligando a cancelar el pic-nic y regresando desconsolados a casa.

El ánimo estuvo en su mínima expresión entre todos durante varias semanas hasta que un día, apareció la solución desde donde menos se esperaba.

Pero eso, es una historia para otro viernes.

Pá su, que susto...

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2 comentarios:

A las 14/11/09, 11:24 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Car te mando saludos, cuando se volteo el trailer que bien describes, no era tanto el destino un picnic sino ibamos de fin de semana para probar el trailer en todos los sentidos, a Valle de Bravo. Al final del dia, cuando regresamos, de algo sirvio esto, encontramos a la servidumbre perpetrando un robo a la casa.

 
A las 14/11/09, 11:25 , Blogger LUCAS ha dicho...

Hola Ed.

Gracias por tu visita, fueron tantas las emociones y aventuras que resultaría muy largo describirlo todo. Por eso haré entregas hasta concluir nuestras vacaciones.

Gracias por tu aportación.

 

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