CABEZA DE CUENTO 261208
EL HOMBRE DE LAS GELATINAS
Cierto vendedor de gelatinas me confesó alguna vez: "Algunas personas van al foot-ball y al volver a casa, encienden la TV para comprobar si lo que vieron fue cierto. Por la mañana compran el periódico, leen si se escribe efectivamente lo que vieron. Todo esto les impide pensar en vender gelatinas. Esa afición los elimina como mis eventuales competidores. Yo le doy gracias a Dios y no me quejo".
Adolfo Castañón
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