sábado, 22 de noviembre de 2008

CRÓNICAS DE TONTILANDIA 211108

NIÑOS OBESOS


Durante un congreso mundial sobre salud infantil, llamó mucho la atención a las autoridades tontilandesas el hecho de que ha aumentado la obesidad en los niños, principalmente del mundo desarrollado y dado que esa nación bobalicona se considera entre las mejores del planeta (son los únicos en pensar así), decidieron evaluar si eran dignos de tal consideración.

El ministro del ramo, el Dr. José A. Górdoba encargó entusiasmado a sus subalternos la investigación, sabiendo que así le podría llevar a su jefe, el Presidente Tonterón una razón mas para considerar a Tontilandia digan de ser integrante de las naciones mas desarrollada.

El Instituto Tontilandés de Seguridad fue el encargado de desarrollar la encuesta, El Instituto de Estadísticas de aplicarla y el Ministerio de Matemáticas de la Universidad Independiente de Tontilandia, de evaluarla.

Los resultados arrojaron que uno de cada cuatro niños entre 5 y 11 años son obesos lo cual significa que la cuarta parte de los niños en ese país se atiborran de pastelitos, refrescos, hamburguesas de CuacDonalds, pizzas de pláticos y papitas al por mayor. Pero en el siguiente estrato, la cosa se pone mejor (terrorífica según los estándares internacionales): en los adolescentes, uno de cada tres, el 33% de esa población futuro del país, es obesa.

Para la gran sorpresa del secretario Górdoba Tontilandia ocupa el primer lugar a nivel mundial de infantes obesos. Lo que no le gustó fueron sus consecuencias pues en los hospitales privados y públicos el aumento en males que antes eran exclusivos de adultos, se ven ahora en menores: diabetes melitus, hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, incremento alarmante en triglicéridos y colesterol.

Pero borrando eso con una goma, el secretario de Salud Dr. Górdoba consiguió que las cifras aterrizaran en el escritorio presidencial generando una amplia sonrisa de satisfacción en el presidente Tonterón, quien después de felicitar al funcionario por tan buen trabajo realizado, lo anunció de costa a costa por televisión nacional y derramando satisfacción.

Mientras, algunos niños tontilandeses obesos, empezaron a morir.

¡Pero solo a ellos se les ocurre!

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