viernes, 15 de agosto de 2008

CABEZA DE CUENTO 150808

RECREACION

Después de todo, era su obra. Por eso, cuando vio desmoronarse en esquirlas de plata su mundo maravilloso, y miró que las esquirlas alcanzaban otros mundos y la cadena nuclear continuó destruyendo sistemas, estrellas y galaxias, suspiró y meditó tanto tiempo como puede durar un suspiro.

Con paciencia infinita, recomenzó su primigenia jornada de seis días y un séptimo para el descanso. Todo lo hizo igual que antes, por que aún confiaba.

EDUARDO OSORIO

Etiquetas: ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio