EN EL METNAL 01.08.2008

Desde lo profundo de éste lugar, me reí hasta expulsar el estómago por la nariz, y no es asqueroso, cuando ríes involuntariamente, estertóreamente, el resultado es igual. Cuando me enteré que habían firmado un pacto (si es que en esas noticias se estampa una rúbrica pues no sé si se hace o es un modo de decirle), las más acérrimas rivales del gobierno calderonista en el segundo lustro del primer siglo (jiiiiiiijos, que sabroso lo dije...) del federalismo, sindicada y secretaria de educación pública, y no lo pude creer.

Hasta hoy, a fuerza (me encanta como se oye a juerzas) decidieron no vender las plazas de maestro. Perdón, pero me pegó tan fuerte en el bajo vientre que sólo pude expresar lo que mi espina dorsal ordenó como reacción en vez de la mesura cerebral: "PUTAMADRE" sin que saliera a los oídos de nadie.

Hoy, hasta hoy, hasta el año 2008 dijeron ellas que ya no deben venderse las plazas, los puestos, los encargos que les hace la nación ya que no es ¿bueno? NO ES ¿BUENO? los maestros y sus autoridades reconocen que no es bueno mercar, lucrar con los encargos que les hace la nación para entrenar a los ¿relevos generacionales? ¿Ellos los educarán? Pues mi reacción me deja satisfecho.

Si a los maestros y a sus autoridades tan sólo les importa tener billetes en la bolsa o cuenta de banco, no trabajar, no esforzarse, vagar cuando hay junta o de plano, aplastar chavitos que vienen muy atrás a su generación, ¿cómo es que los dejamos al cargo de nuestros hijos? ¿La Patria puede desperdiciarlos, a todos, maestros, padres e hijos?

No lo creo. No lo acepto. No lo deseo. No lo quiero.

Y se paga fuerte con capas sociales violentas, ilegales, rateras, homicidas, en suma, criminales. Esos niños sin educación correcta atacarán al de enfrente y ése, puedes ser tú.

¿Así que después de taaaaantos años, unos 80, se llega a la conclusión de que no hay que vender las plazas de maestro? ¿Apenas? ¿Antes no? ¿No era necesario? ¿No lo necesitábamos controlar? ¿Hoy si? ¿Pero, en qué mundo están pensando? Éste se nos acaba y seguimos discutiendo idioteces.

¡Ay, caramba!