sábado, 28 de mayo de 2011

CIBERCIENCIA. Inventos.

El ingenio humano es sorprendente, los esfuerzos enormes para preservar la vida son tema de mucho orgullo para el género y de ahí la rabia que le llena a uno cuando algunos protohumanos vacíos del cerebro, deciden asesinar sin escrúpulos a sus semejantes o al delicado balance natural del planeta.

Así que pongamos ahora en éste momento, inventos que logran ayudar enormemente a humanos muy necesitados.

1) Refugios. Cada año, miles de personas pierden sus hogares como en el caso de Japón recientemente, a causa del tsunami. Concrete Canvas Shelters (ingenieros británicos), creó una solución prefabricada que cuando se rocía con agua se transforma en un refugio de hormigón en 24 horas. Se arma igual que una tienda de campaña gigante y al contacto con el agua, las lonas impregnadas de cemento se endurecen y le dan solidez. Estos refugios proveen espacios seguros para que vivan los refugiados y, a diferencia de las tiendas, se pueden cerrar con llave, no son inflamables, se mantienen frescos cuando hace calor y duran décadas. ¿Su precio? US$16.000 que evidentemente es mucho más elevado que una tienda de campaña pero considerando su durabilidad, es infinitamente más barato que una casa y es una solución definitiva y rápida de llevar a quien necesita techo inmediato.

2) Hospital Inflable. Es un hospital formado por varias tiendas que se sustentan sobre un marco inflable. Es más cómodo que una tienda normal y está hecho de un material similar al que se utiliza en los botes salvavidas. Puede ser levantado en menos de 48 horas y viene con salas de operación, habitaciones para emergencias y unidades de cuidados intensivos. La organización de ayuda médica y humanitaria Médicos Sin Fronteras ha sido pionera en el uso de estos hospitales desde el año 2005. Sobre todo tras el terremoto de Pakistán en ese mismo año, y el de Haití, en 2010. En ambos casos, los hospitales locales habían sufrido graves daños. Los hospitales inflables levantados tras el sismo de Haití se están desmantelando ahora, más de un año después, cuando empiezan a crearse centros sanitarios convencionales.

3) Tubo purificador de agua. El terremoto gigante de Japón dejó a miles de personas sin acceso a agua potable. En situaciones en las que es difícil distribuir agua embotellada, los filtros y purificadores son vitales. Un ejemplo es este tubo llamado LifeStraw, que es compacto, no pesa y mata las bacterias y los parásitos en un cartucho que contiene millones de poros limpiadores. En su versión pequeña se puede transportar y su uso es, literalmente, como beber de una pajilla. Además, existe otro un poco más grande que puede colocarse en una fuente y proveer de agua potable a toda una familia. A diferencia de las tabletas para purificar el agua, LifeStraw, producido por Vestergaard Frandsen, puede filtrar hasta 18.000 litros. Esa cantidad es suficiente para que una familia convencional tenga agua entre tres y cinco años.

4) Mosquitero con repelente permanente. Las telas mosquiteras son fundamentales para evitar la propagación de enfermedades como la malaria en muchos lugares del mundo. Este producto es uno de los primeros que consiguió mantener químicos repelentes de mosquitos durante años. Se ha distribuido ampliamente y ha tenido un enorme impacto. En el pasado, era necesario rociar las mosquiteras a menudo con repelentes, lo que no es fácil en lugares pobres y aislados, algo que evita esta red. PermaNet, también fabricada por Vestergaard Frandsen, se utilizó después de los terremotos de Pakistán y Haití, donde miles de personas se vieron obligadas a dormir en refugios y la malaria se convirtió en una seria amenaza.

5) Refrigerador solar. Las neveras son fundamentales para transportar vacunas que necesitan conservarse en frío hasta su uso. Los refrigeradores que funcionan con energía solar convierten los rayos del sol en frío. Pueden utilizarse en países con altas temperaturas para conservar vacunas que deben mantenerse a frías temperaturas hasta el momento de su uso. Este producto elimina el hueco que quedaba en lo que los programas sanitarios llaman "la cadena de frío", la red de neveras que hace falta para llevar las vacunas, que salvan miles de vidas, desde el fabricante hasta el paciente. A menudo, los más necesitados se encuentran en lugares donde no hay electricidad o el suministro es inestable. Greenpeace, Unicef y otras organizaciones aseguran que son favorables para el medio ambiente, no tienen pilas, se puede confiar en ellos y son de precios asequibles.

Esto si da gusto leerlo.

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