sábado, 22 de enero de 2011

CIBERCIENCIA. Pompeya.


Imagina estar en Oplontis. ¿Así que no sabes donde está Oplontis? Pues no te culpo, es tan sencillo como saber donde está Paraná, Tzintzuntzán o Srpingfield. Para referencia y como breviario cultural, era una ciudad cercana a Pompeya, Italia. Es mencionada por la tabla de Peutinger sobre el emplazamiento de lo que hoy es Torre Annunziata, en la provincia de Nápoles, en la región de Campania. Se trata probablemente de un suburbio semiurbano de Pompeya cuyas viviendas eran nuevas residencias para el otium, o de las casas confiscadas a los samnitas por el sistema de deductio después de la guerra social que estalló en el año 90 a. C. y ocupadas por los colonos romanos. El 24 de agosto del año 79, el Vesubio entró en erupción y la enterró bajo una capa de ceniza.

Continuemos pues, estamos imaginariamente en Oplontis, en un cuarto de depensa, debajo de un almacén de productos agrícolas y el sitio estaba lleno de granadas lo cual indica que para aquellos que se refugiaron tratando de escapar de la erupción del Vesubio, les pareció seguro el lugar. Eran 54 personas y el número es fácil de declarar pues en 1980 se encontraron sus esqueletos muy bien preservados.

Los estudiosos de pasado humano, abrieron con ésto una ventana fantástica a la vida cotidiana de esos tiempos, hace unos 1,920 años. Es comùn imaginar que los antepasados eran de menor estatura que nosotros, pero los hallados en Oplontis nos demuestran lo contrario ya que incluso eran más altas que el promedio actual napolitano.

Otra idea arraigada es que morían relativamente más jóvenes que nosotros pero el estudio de los cuerpos nos muestran que había ancianos como ahora, de hecho la edad más peligrosa era la infancia. La mitad de la población de ese entonces moría antes de los 10 años, pero si los brincaban, vivían una vida bastante longeva.

Las enfermedades infecciosas dejan marcas y líneas en el esmalte de los dientes de los niños. Muchos de los esqueletos en el almacén las tienen, con lo cual recrean una historia visual de las enfermedades que sobrevivieron estas personas. Es casi seguro que los esqueletos de unos gemelos encontrados muestran señales de sífilis congenital. Si esto es correcto, entonces se descarta la idea de que dicha enfermedad fue traída a Europa del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón y sus marineros en el siglo XV.

Junto con los restos humanos se encontraron grandes cantidades de dinero y objetos preciosos. Así que estos 54 esqueletos revelan otros lados de la sociedad romana. En cuanto fueron desenterrados, los arqueólogos notaron que estaban en dos grupos. En un lado del cuarto, estaban sin pertenencias. Eran sólo cuerpos, sin ninguna posesión. Los otros, en el otro costado, murieron con dinero en efectivo, oro, joyas y todo tipo de objetos preciosos. Un esqueleto fue descubierto con una de las mayores cantidades de dinero en Pompeya. No era una fortuna vasta en términos de los plutócratas más ricos de Roma, pues recordemos que Pompeya era un pueblo pequeño, pero era una cantidad substancial de los ahorros de una persona.

Y supieron los arqueólogos de lo que comían los pompeyanos en la época, además de granadas:
* lirones
* caracoles
* higo
* aceitunas
* uvas y peras
* nueces
* semillas como cilantro e hinojo
* pescado y erizos de mar
* frijoles
* huevos
* semilla de opio (que podría haber sido mezclada en panes y otras comidas)

Así que, ¿quien dijo que no podemos viajar en el tiempo? Esta es una buena demostración.

Etiquetas: ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio