CIBERTECNIA. Bye Bye LimeWire.

Para quienes han disfrutado con Limewire del intercambio de archivos musicales, de video, fotográficos e incluso de programas de computadora, las noticias son terribles. Una orden judicial de una corte en Nueva York ordenó el cierre de LimeWire, uno de los sitios de intercambio de archivos más grande de internet.

Éste programa facilita la conexión entre usuarios con el sistema conocido como P2P, redes punto a punto, sin la necesidad de un depósito de archivos (servidor) ya que sondea a las computadoras conectadas al servicio y envía copias de las solicitudes cuando encuentra los objetivos.

Pero después de un litigio de cuatro años entre la Asociación de la Industria Discográfica de EEUU (RIAA por sus siglas en inglés) y Lime Group (desarrolladores y facilitadores de la red LimeWire), la corte en cuestión obligaron a cerrar el sistema LimeWire. Según la RIAA la operación de LimeWire le provocaba pérdidas por US$500 millones de dólares al mes. La cifra la obtienen al considerar que quienes descargan canciones en forma ilegal las comprarían legalmente si no tuvieran otra opción. Pero especialistas en el tema consideran que este argumento no siempre es correcto, dado que los precios de algunas canciones o películas escapan al presupuesto de la gente.

En la actualidad, además, existen muchas alternativas a LimeWire como MP3Rocket, BitTorrent y uTorrent que han sido descritos por la industria como productos "similares" y podrían convertirse en el nuevo blanco de las empresas discográficas.Mientras tanto, la corte de apelaciones de Estocolmo está por anunciar el 26 de noviembre si el sitio de intercambio de archivos, Pirate Bay, es culpable de violar derechos de autor. El sitio se defiende diciendo que ellos no alojan ningún material, sólo proveen vínculos a archivos. Algunos innovadores han comenzado a lanzar servicios como Spotify, GrooveShark o We7 que ofrecen musca gratuita a cambio de publicidad, o una suscripción mensual y algunos especialistas consideran que ésta podría ser una de las alternativas para terminar con la piratería digital.

Pero todo huele a patadas de ahogado, la industria disquera jamás podrá ser lo que fué antes.