viernes, 18 de diciembre de 2009

DE LA CAVA DEL PATRÓN. Aventuras Traileras 2.

La diversión iba creciendo conforme la familia de Lucas avanzaba en su periplo trailero. Así llegaron a Hermosillo en el estado de Sonora, a un lugar plano, con pocos árboles, pagando la cuota y estacionando en el sitio adecuado el convoy. Después del ya acostumbrado ritual de asentamiento, los 3 niños corrieron a la alberca donde disfrutaron hasta altas horas de la noche en que su hermosísima Madre los llevó a rastras a su cama.

A la mañana siguiente, Lucas esperaba ver un bello día veraniego, plagado de verde, de sol y aventuras. Al abrir los ojos y salir para estrenar las horas de su presente matinal, vió que la aventura estaba servida con la cuchara grande pero el verde no y el sol tampoco. Creyó estar aún dormido cuando vio que la planicie estaba blanqueada, cubierta de un manto níveo.

Pero había calor, no podía ser nieve. ¿O si?

Que bah, en absoluto. Le llamó a gritos a la familia para que observaran el espectáculo que la noche depositó en el campo e intrigados todos decidieron resolver ese extraño asunto, aún antes del desayuno que quedó para mejor momento.

La respuesta llegó tan pronto la familia recogió algunos de esos copos que al tacto eran suaves, frágiles y esponjados. Mas carecían de frío y humedad. Entonces, ¿qué podrían ser? Pues en la administración del parque les aclararon que era época de pizca de algodón y era enteramente natural que volaran las motas y se depositaran en el campo.

Huy, que susto. Y que decepción, a Lucas le hubiera encantado jugar entre la nieve a más de 30ºC, entrar a una alberca entre témpanos de hielo y crear muñecos que desafiaran a la razón. Pero en ese verano, nevó algodón por lo que no hubo modo de crear bolas compactas que se estrellaran en la cabeza de alguien.

Pasado el momento de apremio, la familia desayunó, levó anclas y puso rumbo al desierto donde pasarían momentos bochornosos más por la temperatura que por desaciertos.

Si, la cosa rodaba en verdad.

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2 comentarios:

A las 31/12/09, 10:20 , Anonymous Luis ha dicho...

Pues hubieras hecho una compacta bola de lodo y algodon! jajaja

Se ve que estuvo padre el trip!

Que chido, yo un día tendré mi casa rondante.

Saludos Pá:

 
A las 31/12/09, 10:42 , Blogger LUCAS ha dicho...

Hola, nos quisimos aventar bolas de algodón pero nunca llegaban a su destino. Pero nos divertimos mucho. Pronto seguirá la saga de ese periplo.

Y que bueno que pienses en tener una casa rodante, te colmará de diversión.

Salud, la compañía.

 

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