viernes, 18 de diciembre de 2009

CIBERCIENCIA. Siguen los Delfines.

¿Algunas vez te has preguntado porqué un oso no conduce una orquesta, no hay un libro escrito por un león o no vemos en la TV a un chango como conductor aunque muchos se parezcan a él?


Es muy interesante pensar en las razones que han hecho que el ser humano se distinga del resto de las 4 mil millones de especies que viven en el planeta. El haber desarrollado métodos que permitan registrar las experiencias cotidianas y transformarlas en conocimientos y éstos en ciencias que se puedan transmitir de una generación a otra, enriqueciéndolas con aportaciones constantes, han conseguido que la sociedad humana, a pesar de sus gigantescas imperfecciones, logre avanzar cada vez más rápido en su evolución.

Recientemente el zoólogo Matthew Ridley recordó las ideas de Darwin no sólo para comprender la mente humana, sino también nuestra sociedad y cultura; dijo en un seminario en Chile que "para entender la sociedad humana y nuestra mente necesitamos más que nunca a Darwin ya que de acuerdo con él, todos los seres vivos descendemos de un ancestro primordial."

Pero definir en que momento se separa la humanidad del resto de las especies que no acumulan sus conocimientos, es punto y aparte. Sin embargo, hay ejemplos muy claros de una de las razones más importantes que nos ha distinguido. Si pensamos en un lápiz, lo observamos como un instrumento cotidiano, simple y llano. Pero nos permite plasmar nuestros pensamientos, lo que hace una enorme diferencia; pero de ahí a que sepamos cada uno de nosotros como fabricarlo, es algo muy distinto. Aunque ignoramos sus procesos de manufactura, incluso los directivos de empresas dedicadas a crearlos no saben como hacerlos, la humanidad si sabe.

Ahí radica el enorme valor de la diferencia, en la inteligencia no del individuo sino del grupo, del colectivo. Nuestra inteligencia individual no es mayor por mucho de lo que tiene un chimpancé o un delfín, puede haber casos en que hasta son mayores. Pero ellos no logran acumular sus conocimientos ni los transmiten masivamente. A lo sumo, son casos individuales y no compilados.

Pero en caso de una súbita desaparición de la raza humana, Ridley considera que quienes seguirían el camino del desarrollo intelectual en éste planeta, serían los delfines.

¿Será?

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