EN EL METNAL. Yo si puedo y ¿qué?

He considerado que una de las mejores formas de educar es con el ejemplo y cuando los padres exigen de sus hijos un comportamiento que es contrario al que ellos acostumbran, resulta un choque de absurdos: no fumes, cuando el padre fuma. No bebas, cuando es un borracho. Respeta a las mujeres, cuando golpean a la esposa. Son conductas dignas de tipos brutos, duros del seso y faltos de integridad.

Pero si eso lo trasladamos (o como dicen los economistas, lo transpolamos) a nivel nacional, donde los tipos que han secuestrado al gobierno hacen lo contrario al discurso oficial, no nos queda mas que sentir que solitos demuestran la falta de cerebro, de escrúpulos, de integridad y de madre.

Y como pensar algo distinto cuando el tipejo que chambea de vicepresidente en México, es decir, de Secretario de Gobernación que es como el encargado de la vida interna, de la vida dentro de las fronteras es incapaz de cumplir la ley. ¡Vaya paradoja! Él, que tiene como misión cuidar a la sociedad mexicana, vigilar que no haya sublevaciones, sediciones, que cuida la paz social, que debe evitar al terrorismo, narcotráfico y demás peligros para los habitantes, se olvida de cumplir la ley y le importa un rábano o menos, que todos lo veamos.


Hoy, durante la reunión nacional de procuradores de justicia (jijos que nombre tan pomposo para actividad tan inútil), en Mérida, Yucatán, se le ocurrió fumar a Fernando Gómez Mont durante la salida del evento, justo, justito donde estaba un letrero que dice EDIFICIO LIBRE DE HUMO DE TABACO y además al lado de la gobernadora del estado que no tuvo los calzones suficientes de hacer cumplir la ley en su entidad. Mejor, habló por teléfono pero eso si, ataviada de flores artesanales y una enorme cruz. Y por si eso fuera poco, acababa de decir tan infausto individuo que en México se respeta la legalidad por encima de cualquier cosa.


Caracho con éstos, que siguen pensando que ellos SI PUEDEN QUEBRAR LA LEY. Y no se fijan que es gracias a ellos que no se puede aplicar la ley.

A mi, me dan asco. ¡Puagh!

Fotos de El Universal.