viernes, 27 de febrero de 2009

AUMENTOS DESMESURADOS


Filibobo Gastado es un hombre de 55 años, ciudadano de Tontilandia por nacimiento y derecho propio pues no solamente por haber visto su luz primera en esa nación tan bobalicona, también por ser una persona poco brillante. Durante toda su vida ha trabajado muy duro barriendo las oficinas que ocupa el ministerio electoral de Tontilandia.

Desde su primer dia de trabajo, Fili como le dicen sus compañeros (decirle bobo en esa nación sería un gran cumplido) se ocupó dia a dia de recoger del suelo toda clase de objetos que inevitablemente caían ahí, ya que nadie usa los basureros debido a que para eso está Fili y si se pusiera la basura en su sitio, pues no tendrían trabajo los intendentes.

Esa noche, era tarde e inusualmente había voces, luces y reuniones que indicaban un asunto importante. Al intentar hacer el aseo en la sala de juntas, el consejo completo le gritó que se retirara. Confundido y aturdido, Fili huyó prestamente del sitio. Confundido por que era completamente anormal que los jefes trabajaran hasta tarde. Y aturdido por el golpazo que se dió con el palo de la escoba que se le cruzó en su retirada. Pero su curiosidad le hizo regresar y pegar la oreja a la puerta para saber que sucedía.

Alcanzó a escuchar los gritos del consejero Artonto Chánsez excusando: "...no, de ningún modo. No se trata de una decisión inmoral, sino que está hecha conforme a la ley". Los consejeros intentaban justificar el aumento de sueldo que se otorgaron a sí mismos del 100%.

"Se trata de una decisión apegada a la Constitución, porque quien fija
el equivalente de las remuneraciones es la Constitución y segundo, es
plenamente transparente centavo por centavo", sentenció a su vez el
Consejero Virginio Androide, ese que siempre hace como que la vírgen le habla.

Fili abrió los ojos estupefacto y pensó: "Desgraciados mal nacidos, mira que aumentarse el sueldo al 100% cuando el aumento al salario mínimo fue de 3.9% para este 2009". Recordemos que este es un año inmerso en crisis mundial.

Artonto Chánsez llamó a la calma y dijo: "Pero es importante decir que no existe una fijación discrecional, como ha sido en otros casos, ni tampoco existe un solo centavo que entre a escondidas respecto a las remuneraciones. Todo está perfectamente transparentado".

Internamente, Filibobo Gastado echó mano de todos los improperios que conoce para dirigirlos al consejero que acababa de decir eso, para cerrar con un pensamiento válido. "Que maldita tienen el alma todos estos, acá el país tratando de no hundirse mientras ellos, se acaban el dinero en sus sueldos...".

Ay, Tontilandia de mis horrores...

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