viernes, 18 de marzo de 2011

CRÓNICA DE UNA BODA ANUNCIADA 6


Reconocer que su hija esperaba instrucciones, cambió para siempre la manera de pensar de Lucas. Observar a ese organismo en proceso de desarrollo le impulsó a la conexión, a la sintonía con esa niña y la necesidad imperiosa de heredarle pensamientos, experiencia y sensaciones. Reconocer que las reacciones, el habla, equilibrio y bipedismo precoces eran señal suficiente de su avidez por aprender, generaron el impulso suficiente para guiarle por el tránsito de la vida con paso firme y volcando en ella alimento fuerte para el intelecto. Carambas, que difícil es ser padre de una mujer tan inteligente. Pero como Lucas dijo muchas veces: a hija lista, padre listo y medio. ¡Faltaba más, sobraba menos!...


Las distintas ciudades fueron quedando atrás al igual que los minutos y las horas. Cayó la noche en casa de su hermosísima Madre y Lucas se preparó para tomar el avión que lo llevaría de vuelta a su casa, concluyendo un periplo que inició casi treinta años atrás, cuando de labios de su entonces novia, se expresó la ilusión del hecho: la continuación de la especie, un acto ligado a la historia.

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