EN EL METNAL. Los Ni-Ni, Vaya Lío.
Para aquellos que no estén familiarizados con el término, hay que aclarar que los "ni-ni" son parásitos de la sociedad humana que succionan recursos y jamás aportan, tales como los religiosos y los políticos. El mote "ni-ni" les viene por el hecho de que son jóvenes que NI estudian NI trabajan.
Varios factores han cooperado para que así suceda, entre ellos los que definió con mucho acierto el rector de la UNAM, José Narro Robles cuando apuntó a finales del año pasado, que “...si seguimos confundiendo lo que es el éxito para una persona, si queremos pensar que alguien exitoso es el que en menos tiempo hace más dinero, estamos equivocándonos y eso tiene que ver con el crimen organizado y tiene que ver con la búsqueda de salidas falsas que no llevan a ninguna parte” excepto por la destrucción.
Se calculan en 7 millones de jóvenes mexicanos que no aportarán nada a nuestra sociedad, incluso están en riesgo de verse tentados por el narco pues esa gran cantidad de individuos sin bases ni formación sólida son una enorme y atractiva bolsa de trabajo para los delincuentes.
Dado que las presiones de los medios de comunicación y la televisión principalmente gringa, esa, la desechable, la banal apoyada por sus contrapartes mexicanas, televisa y azteca, siembran en ellos la necesidad de verse con mucho dinero y pronto, rápido. En "Fast-track" y sin mayores esfuerzos. Y el único camino cuando no tienes conocimientos, formación profesional ni moral, es la delincuencia que en la actualidad ha crecido enormidades ante la complacencia y/o contubernio de las autoridades de todos, absolutamente todos los niveles, iniciando con las paternas y culminando con las federales (léase presidencia). Drogas, secuestros, extorsiones, temores y no dudes que en algún momento futuro, terrorismo, es la manera directa que esos 7 millones de parásitos buscarán conseguir su estatus de "exitoso".
Por esa razón, continuó en su declaración Narro Robles, "se requiere impulsar la educación y el empleo: Necesitamos que nuestros jóvenes estén estudiando o estén trabajando y no que se encuentren en esa situación en lo que algunos han llamado las generaciones o los grupos ‘Ni-Ni’, ni estudian ni trabajan”. Eso habría que reclamárselo a gritos, con toda la fuerza que puede una nación a su presidente, el desilusionante presidente del empleo. ¡Puagh!
Según el Instituto Mexicano de la Juventud, hay 7 millones de jóvenes que no estudian —desertaron de la escuela, no fueron seleccionados en los sorteos de colocación o no tienen interés en asistir a un colegio— ni trabajan —ninguna empresa les ha dado una primera oportunidad, fueron despedidos o no han podido colocarse de nuevo en el mercado laboral.
Triste su futuro y el de México, negro, bastante negro si no empezamos por entender que los fraudes electorales nos están matando como país. Por ahí hay que iniciar otra vez, en el centenario de su inicio, otra revolución, una pacífica pero bien concluída, por nuestro bien.
Varios factores han cooperado para que así suceda, entre ellos los que definió con mucho acierto el rector de la UNAM, José Narro Robles cuando apuntó a finales del año pasado, que “...si seguimos confundiendo lo que es el éxito para una persona, si queremos pensar que alguien exitoso es el que en menos tiempo hace más dinero, estamos equivocándonos y eso tiene que ver con el crimen organizado y tiene que ver con la búsqueda de salidas falsas que no llevan a ninguna parte” excepto por la destrucción.
Se calculan en 7 millones de jóvenes mexicanos que no aportarán nada a nuestra sociedad, incluso están en riesgo de verse tentados por el narco pues esa gran cantidad de individuos sin bases ni formación sólida son una enorme y atractiva bolsa de trabajo para los delincuentes.
Dado que las presiones de los medios de comunicación y la televisión principalmente gringa, esa, la desechable, la banal apoyada por sus contrapartes mexicanas, televisa y azteca, siembran en ellos la necesidad de verse con mucho dinero y pronto, rápido. En "Fast-track" y sin mayores esfuerzos. Y el único camino cuando no tienes conocimientos, formación profesional ni moral, es la delincuencia que en la actualidad ha crecido enormidades ante la complacencia y/o contubernio de las autoridades de todos, absolutamente todos los niveles, iniciando con las paternas y culminando con las federales (léase presidencia). Drogas, secuestros, extorsiones, temores y no dudes que en algún momento futuro, terrorismo, es la manera directa que esos 7 millones de parásitos buscarán conseguir su estatus de "exitoso".
Por esa razón, continuó en su declaración Narro Robles, "se requiere impulsar la educación y el empleo: Necesitamos que nuestros jóvenes estén estudiando o estén trabajando y no que se encuentren en esa situación en lo que algunos han llamado las generaciones o los grupos ‘Ni-Ni’, ni estudian ni trabajan”. Eso habría que reclamárselo a gritos, con toda la fuerza que puede una nación a su presidente, el desilusionante presidente del empleo. ¡Puagh!
Según el Instituto Mexicano de la Juventud, hay 7 millones de jóvenes que no estudian —desertaron de la escuela, no fueron seleccionados en los sorteos de colocación o no tienen interés en asistir a un colegio— ni trabajan —ninguna empresa les ha dado una primera oportunidad, fueron despedidos o no han podido colocarse de nuevo en el mercado laboral.
Triste su futuro y el de México, negro, bastante negro si no empezamos por entender que los fraudes electorales nos están matando como país. Por ahí hay que iniciar otra vez, en el centenario de su inicio, otra revolución, una pacífica pero bien concluída, por nuestro bien.
Etiquetas: 20100326, EN EL METNAL
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