EN EL METNAL. Los Pandilleros No Tienen Madre.
La violencia en nuestro país no es casual ni ha brotado porque la promuevan la tv, el cine, los videojuegos o la escuela. Es producto de la grave descomposición del tejido social.
Esta semana, el alcalde panista de León, estado de Guanajuato clamó ante su población de una manera poco ortodoxa: "¿Qué no tienen madre todos esos jóvenes que están en las calles?" claro que hay que agregarle a esa frase, a los padres pues siguen siendo necesarios dos para procrear.
Les reprochó en tono un tanto desesperado a los leoneses: "Ustedes son los tutores de sus menores y no pueden lavarse las manos como Pilatos y simplemente creer que yo voy a ser la nana de todo León"
Y si bien tiene razón, en México todos somos culpables de lo que está pasando. Claro que unos en mayor medidad que otros pero finalmente, culpables. Los jóvenes que vagan por las calles en altas horas de la madrugada, escapan a la vigilancia familiar y social dedicándose a perjuicios que sin pensarlo, les afecta a ellos en la cuenta final. Pintas en las bardas, robos, ataques, muertes, drogas, alcohol, embarazos prematuros; lo dicho antes, descomposición de la estructura social.
Las generaciones en formación han cambiado a deformación. No se están preparando para tomar el mando, crean poco o nada de avance, riqueza, fortaleza y más bien quieren su tajada del pastel aquí y ahora, una especie de herencia en vida. Cosa más absurda y torpe.
Y los culpables directos son los padres quienes prefieren desentenderse de sus responsabilidades, siendo culpables en primer grado por inacción, en tiempo y forma. Y las autoridades por seguir rezando en sus bodas, la mentada y anacrónica e"pistola" de Melchor Ocampo (a la salud del zorombas). Bastaría con castigos ejemplares, tales como meter en la cárcel por los ilícitos juveniles durante unas semanas, al padre y al monstruito. Al padre por irresponsable y al juvenil mutante ese, por idiota. Juntos,viendose las caras largas por veintitantos días. Habría mucho que reflexionar, ¿no crees? O a la madre y la hija que escandalizó en vía pública a sus 13 años, totalmente ebria.
Pero la verdad, México está lleno de cobardes. Preferimos que se nos escurra el futuro entre los dedos, a ser responsables. Todos.
Esta semana, el alcalde panista de León, estado de Guanajuato clamó ante su población de una manera poco ortodoxa: "¿Qué no tienen madre todos esos jóvenes que están en las calles?" claro que hay que agregarle a esa frase, a los padres pues siguen siendo necesarios dos para procrear.
Les reprochó en tono un tanto desesperado a los leoneses: "Ustedes son los tutores de sus menores y no pueden lavarse las manos como Pilatos y simplemente creer que yo voy a ser la nana de todo León"
Y si bien tiene razón, en México todos somos culpables de lo que está pasando. Claro que unos en mayor medidad que otros pero finalmente, culpables. Los jóvenes que vagan por las calles en altas horas de la madrugada, escapan a la vigilancia familiar y social dedicándose a perjuicios que sin pensarlo, les afecta a ellos en la cuenta final. Pintas en las bardas, robos, ataques, muertes, drogas, alcohol, embarazos prematuros; lo dicho antes, descomposición de la estructura social.
Las generaciones en formación han cambiado a deformación. No se están preparando para tomar el mando, crean poco o nada de avance, riqueza, fortaleza y más bien quieren su tajada del pastel aquí y ahora, una especie de herencia en vida. Cosa más absurda y torpe.
Y los culpables directos son los padres quienes prefieren desentenderse de sus responsabilidades, siendo culpables en primer grado por inacción, en tiempo y forma. Y las autoridades por seguir rezando en sus bodas, la mentada y anacrónica e"pistola" de Melchor Ocampo (a la salud del zorombas). Bastaría con castigos ejemplares, tales como meter en la cárcel por los ilícitos juveniles durante unas semanas, al padre y al monstruito. Al padre por irresponsable y al juvenil mutante ese, por idiota. Juntos,viendose las caras largas por veintitantos días. Habría mucho que reflexionar, ¿no crees? O a la madre y la hija que escandalizó en vía pública a sus 13 años, totalmente ebria.
Pero la verdad, México está lleno de cobardes. Preferimos que se nos escurra el futuro entre los dedos, a ser responsables. Todos.
3 comentarios:
"El padre y su ausencia", de Jesús Alveano, es un libro que retrata un esquema interesantísimo de la Psique del mexicano: Mucha madre, poco padre y muchos hermanos". Yo agregaría: Demasiado catolicismo.
Es menester trabajar desde la psique y la cosmogonía de la población, pero para ello hace falta visión, voluntad y claridad de pensamiento. Condiciones todas nulas en quienes ostentan el poder.
Si alguien sabe cómo ganarles a estos truhanes llamados "clase política" en su pripio juego, que avise.
Yo me apunto.
Mi estimado Jesúsn:
Gracias por tu visita y por la recomendación. Muy oportunas. Lamentablemente, en vez de formar a las nuevas generaciones, nos hemos encargado, principalmente desde los gobiernos en deformarlos.
¿Estaremos a tiempo de corregirlo?
"Lo único que no tiene remedio en esta vida es la muerte del cuerpo, pues aún el amor tiene vocación de fénix en el alma"
De lo que si no hay tiempo es de desistir, o entonces si fritos estaremos (más y pior*).
*"pior" es peor que "peor" N. del T.
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