viernes, 13 de febrero de 2009

PIQUETE VS MACHETAZO

DE LA CAVA DEL PATRÓN 130209

Lucas recibió sus primeros útiles escolares la noche anterior a su primer dia de escuela, debidamente forrados, nombrados con aquella cinta adhesible maravillosa donde se podian grabar textos (dymo) y una mochila de cuero color natural con tirantes para cargar en la espalda.

Sin embargo, brilló refulgente de entre todos los materiales una regla de metal, de las primeras que existieron. Desde ese instante, se conviritió en su favorita.

Cargando diariamente en su espalda toda esa responsabilidad, el pequeño iba y venía en su educación inicial. Pero en su salón de clases, se sentaba adelante de él un niño que deseaba fervientemente poseer la regla metálica de Lucas.

Un buen día, ante la insistencia de que se la obsequiara, Lucas le dijo de manera firme y exasperada que no le volviera a decir más sobre el tema, no estaba dispuesto a ceder su mas preciado tesoro a cambio de nada.

Verde de envidia, el niño tomó su lápiz bicolor y usándolo como punzón lo blandió hacia el rostro inmaculado de Lucas, estrellando la punta azul muy cerca de su ojo derecho, provocándole un raspón en el párpado.

La respuesta de Lucas fue inmediata y sin pensar, tomó el objeto en discordia y descargándolo con un tremendo mandoble en el brazo desnudo del agresor, le generó una hermosa línea recta que inició con un rojo vivo, pasando por un morado intenso, terminando rodeada por un verdoso acusativo.

El llanto del envidioso, llamó la atención de la maestra horrorizándose al ver la lesión y sin entender las explicaciones del pequeño Lucas, decomisa la cimitarra con escala y exije la visita de su padre para ponerlo al tanto de la conducta lucasiana. Debido a ello, le es confiscada la regla-espada y jamás le es devuelta.

Y muy en lo profundo, cada vez que se mira al espejo se le forma una ligera sonrisa al recordar el castigo inflingido al irrespetuoso, pues a la fecha conserva en el párpado el punto azul de la agresión.


"Pos éste, no lo íbamos a dejar que nos quitara nuestra querida Excalibur, ¿verdad?"

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