EL FUMARIUM. El Adios a Paty.

Un ciclo más de vida se cumple y deja un vacío muy canijo de llenar. Como en todos lados y en el caso de todos, partió de éste mundo matraca una amiga muy querida: Paty.

Digna rival de pleitos sabrosos, amistosos, cómicos e ingeniosos, era quien le ponía mucha pimienta a la vida diaria. Coleccionista ávida de chistes y arcas de Noé; Paty más que vivirla, se divirtió con la vida que tocó su camino.

Siendo maestra y directora de escuela, tuvo la exigencia genial a sus alumnos de entregarle cuanto chiste supieran aunque los subidos de tono, debían ser manejados con discreción. Así reunió una cantidad monumental de pildoritas de la risa, que le armaban fuertemente en las contiendas durante las reuniones. Su marido necesitaba esforzarse para seguirle el paso, al grado de que en una ocasión en que fueron ambos a donar sangre al seguro social, estuvieron a punto de ser "echados a la calle" pues tuvieron a los enfermeros y donantes a punto de infarto masivo por la sesión de risa.

Paty siempre fue ocurrente y por encima de todo, oportuna al encajar una broma o presentar un chiste, pues con su aspecto militar despistaba a los incautos y ese elemento de sorpresa potenciaba sus cuentos.

Tras serle detectada diabetes hace un par de años, su salud fue minando paulatinamente hasta encontrar el descanso final en ésta semana.

Claro que extrañaremos su presencia, pero deberemos ser suficientemente sabios para atesorar su actitud hacia la vida, la forma en que la vivió y la divirtió.

Besos, Paty.