viernes, 16 de abril de 2010

EN EL METNAL. Karmelo.

De origen asiático, exactamente de Korea del Sur, Karmelo de apellido Hyundai llegó a nuestra vida para atender las necesidades particulares de mi única, de mi suertudota. De tez pálida, pequeño pero robusto, ha sabido responderle en todo momento a mi mujer. Proveniente de los buenos oficios y cuidados de Karlita, compañera ferozmente fiel del Zorombático, lo entregó en las manos delicadas y esbeltas de su ahora mandante.

Sereno, taciturno y de espíritu gentil, Karmelo siempre espera a que se le requiera y sin chistar ni fallar, cumple con las tareas encomendadas.

Pero la vida no siempre es agradable, ni fácil. La noche del martes 13 (martes, ni te cases ni te embarques, pero 13, díceme trece), fué agredido con un objeto contundente, un tubo o un madero. Y esa agresión fué cobarde, pues fué por atrás, por detrás. Lamentablemente, tipos malnacidos que sorbieron mala leche en sus años lactantes, hicieron añicos su vidrio trasero. Una terrible explosión avisó a toda la calle del cobarde ataque y al salir los vecinos y yo, vimos con tristeza que Karmelo había sido herido feamente.

A fin de evitar mayores daños, lo invité a entar y pasar la noche en resguardo, cubriendo esa herida obscena con un enorme esparadrapo plástico. Y con muy buen tino, ya que la lluvia hizo acto de presencia esa mismísima noche (como en la bossa nostra). Verdaderamente consternados, hicimos llamados tanto a la empresa aseguradora como al cuerpo de policía, dando instrucciones la primera y apareciendo en cuestion de minutos el segundo. Se revisó el asunto, pidiendo datos y orientando sobre los pasos a seguir. La recomendación fué de registrar el hecho pero al siguiente día debido al exceso de trabajo durante esa noche.

Así lo hicimos y al siguiente día durante un feroz aguacero, acudimos a la estación de policía a declarar el hecho, pero cuando las cosas están en contra, nada sale bien. No hubo modo de registrarlo pues la policía estaba sin electricidad por la tormenta. Un segundo intento se hizo por la tarde, pero a pie ya que las calles estaban anegadas. Y fué prueba no superada, estaba la oficina policíaca a obscuras. Para colmo de males, el teléfono de casa se ahogó, dejó de funcionar. Las fotografías que tomé durante la noche anterior no fueron impresas de inmediato pues en dos comercios, sus máquinas estaban descompuestas.

Pero estábamos decididos a hacerlo correctamente, por lo que hasta el jueves conseguimos registrar el siniestro cuando regresó la energía (eléctrica) a la policía. El experto en peritajes fué solicitado pero dado que estaba la mayoría en curso, los de guardia habían salido a distintos hechos delictuosos. Así que nos asignaron al "de los muertitos". Válgame Dior, nos fuimos con el perito de homicidios que extrañamente no tenía trabajo en ése instante.

Y hasta el día de hoy, pudimos llevar a Karmelo a que le repusieran al cristal trasero. El perito había terminado con su trabajo y las pruebas. Y el clima había terminado de ahogar a la ciudad. Así que desde la tarde, luce como fué creado, con su medallón traseron en sitio y cubriendolo de la intemperie.

Y los malnacidos, que se cuiden que los sabuesos ya están tras ellos. Y deberán responder a la pregunta: ¿por qué lo hicieron?


Jijos...

Etiquetas: ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio