CRÓNICAS DE TONTILANDIA: Ka´an kun

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Le he pedido prestada la columna a LA CABEZA DE LUCAS pues éste asunto es digno de tan bobalicona nación, pero en éste caso, sucede concretamente en Cancún, Quintana Roo ante el asombro de los cancunenses, la complicidad de gobiernos y la impudicia de un grupo de personas que solamente persiguen pingües ganancias sin importarles las consecuencias. Hemos visto muchas de esas historias a lo largo de los 35 años que tiene de fundada ésta ciudad: sindicato de dueños de taxis (Válgame Dior, sí es posible ésto), empresas de transporte público, gobernadores insaciables, narcotráfico reinante, usos de suelo violentados, en fin, todo al servicio del mejor postor.

Hoy, le toca al primer campo de golf que se construyó en la zona hotelera, POK-TA-POK (en maya, juego de pelota) donde un grupo de inversionistas que concentran gasolinerías, reciben (en cesión para evitar pagos de impuestos altísimos) las acciones de la empresa Hazama Corporation Desarrollo de Turismo. S.A. de C.V. Esta empresa era de Michael Kelly, hoy encarcelado por la justicia estadounidense quien cede las acciones a su representante legal Emilio Loret de Mola Gomory (para mas detalles, revisar "Los cómplices del Presidente" escrito por Anabel Hernández, editado por Grijalbo).

El proyecto que pretende urbanizar 57 hectáreas del campo de golf le añadirá a la zona hotelera, 1,618 viviendas de muy distintos tipos, además de un hotel con 276 cuartos. Además de las necesidades de agua potable, recolecta de basura, electricidad y drenaje en una zona altamente impactada, se arrojarán casi 5,000 (4,854) autos mas a una vía saturada. El Kukulcán (escrito con "ce" para poder acentuarlo), es boulevard que no puede crecer mas, tiene dos carriles de entrada y dos de salida. Cuando hay algún accidente, el embotellamiento crece rapidamente sin alternativas. Así que aumentando el número de autos a la cifra anterior, no habrá modo de evitar el tortugismo y se tendrá que voltear a los añejos proyectos de los puentes que cruzan las lagunas y el monoriel.

Pero ese, es el único predio que es realmente el pulmón de la zona hotelera. Los camellones son los únicos sitios que tienen plantas, lo demás son construcciones e instalaciones para recolectar billetes verdes. Y tomando en cuenta que la temperatura de Cancún ha ido en aumento conforme crece la mancha de cemento y asfalto, al desaparecer el campo de golf, pronto será éste un sitio tan caliente como los desiertos.

Sin embargo, el mas terrible de los aspectos negros que tiene éste proyecto tiene que ver con la escritura pública numero 15,743 del 18 de febrero de 1991, con la que se constituyó la venta, dice en algunos de sus párrafos y muy claramente:

ANTECEDENTES:

“Octavo.- Dicho campo de golf, mismo que tiene establecido su destino por el plan maestro de usos de suelo y el plan director de desarrollo urbano del desarrollo turístico de Cancún, Quintana Roo, ubicado en la zona hotelera del mencionado desarrollo turístico….”

“Decimo tercero.- La fideicomisaria en segundo lugar, conoce que la finalidad perseguida por Fonatur con la celebración del presente fideicomiso es que el campo de golf, conserve dicho uso durante la vigencia que este contrato establece. Asimismo la fideicomisaria en segundo lugar conoce que el valor exigido por Fonatur como contraprestación por la afectación del campo de golf, en el fideicomiso que constituyen a sido fijado, en consideración a que el terreno y las instalaciones que conforman dicho campo tendrán exclusivamente el uso que se refiere.”

CLAUSULAS:

Sexta, inciso dos.- “Que el campo de golf, de acuerdo a lo dispuesto por el plan maestro de uso de suelo de la localidad, conserve dicho carácter durante el plazo de este contrato, y que en caso de venta o enajenación del patrimonio fideicomitido, la fiduciaria obligue al adquiriente a respetar dicho uso de suelo durante el plazo de 30 años contados a partir de la fecha de firma de este contrato, así como incluir dicha estipulación en las sucesivas operaciones de enajenación que pudieran celebrarse.”

Sexta, inciso tres.- “Que la fiduciaria permita a la fideicomisaria en segundo lugar, la realización de reparaciones a las instalaciones del campo de golf, y, previa aprobación de Fonatur de los planos y proyectos respectivos. la realización de construcciones, mejoras o adaptaciones al campo de golf, siempre que con ello no se viole el uso previsto por el mismo y se respeten los lineamientos de imagen arquitectónica aplicables. dicha autorización se dará en un plazo no mayor de cuarenta días hábiles, en la inteligencia que de no emitir Fonatur su aprobación o su negativa a dichos planos y proyectos en el plazo que se establece, estos se entenderán como aprobados.”

Octava.- “derechos y obligaciones de la fideicomisaria en segundo lugar”

Octava, inciso dos.- “En caso de que antes del termino de vencimiento del contrato de fideicomiso, fuera necesario enajenar el patrimonio del mismo, previa aprobación expresa y por escrito de Fonatur, obliga al adquiriente o al nuevo beneficiario, a conservar durante un plazo de treinta años, contados a partir de la celebración de este contrato de fideicomiso, el uso y destino del campo de golf como tal, así como incluir dicha estipulación, en las sucesivas operaciones de enajenación que se celebren.”

Así que, socialmente, legalmente, ecológicamente e impudicamente, esto es una mentada de madre a la ciudad y a la razón.

¿Lo permitirá el cabildo y el gobierno de Gregorio Sánchez? Te recuerdo Greg, que llegaste a la presidencia municipal con el slogan "El Cambio que Quiere la Gente" Pues Cancún no necesita ni quiere un cambio así.