EL PORQUE DE LAS COSAS. Cortesana.
Te presento el orígen de dos palabras, CORTESANA Y REGAÑAR junto con el dicho NO DEJÓ TÍTERE CON CABEZA. Es muy divertido entender como han evolucionado las palabras y los dichos desde su orígen, hasta nuestros días. Así que, a divertirse con el idioma.
CORTESANA
En la Europa medieval, las mujeres más hermosas de una región, pero que no eran nobles, no podían casarse con los señores, que se emparentaban con las hijas de sus iguales para aumentar así sus dominios. Pero como la belleza no se desprecia, y algunas aldeanas eran realmente muy hermosas, igualmente se les reservaba un lugar en la corte para que los señores pudieran contar con sus favores. Eran las cortesanas, nombre que funcionaba como un delicado eufemismo para disimular el papel de prostitutas de lujo de quienes habían encontrado un atajo para estar cerca de los poderosos a través de la profesión más antigua, un artilugio que ha perdurado a través de los siglos y de las civilizaciones para llegar intacta al siglo XXI (ver también corte y concubina).
NO DEJÓ TÍTERE CON CABEZA
Todos sabemos que los títeres son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual.
En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que el célebre Don Quijote haya podido arremeter como lo hizo, contra el retablo del maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza.
La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.
REGAÑAR
Este verbo castellano proviene del latín gannio, gannire, usado para denominar el ladrido del perro, pero también el sonido emitido por otros animales y hasta el canto de algunas aves. Cátulo y Juvenal usaron gannire para denotar 'quejarse', 'lamentarse' y 'gritar'. Estos últimos significados están en el origen de la expresión a regañadientes, que se aplica a 'aquello que se hace con disgusto o repugnancia'.
En el Diccionario se menciona regañar con el sentido de «reprender o reconvenir», pero también se señala como otro significado el «gruñido de un perro». La primera acepción tiene diversos equivalentes tanto en España como en América, tales como reñir, reprender, rezongar, retar y, en el Perú, resondrar. En portugués, el verbo latino dio lugar a ganido 'gemido del perro'.
CORTESANA
En la Europa medieval, las mujeres más hermosas de una región, pero que no eran nobles, no podían casarse con los señores, que se emparentaban con las hijas de sus iguales para aumentar así sus dominios. Pero como la belleza no se desprecia, y algunas aldeanas eran realmente muy hermosas, igualmente se les reservaba un lugar en la corte para que los señores pudieran contar con sus favores. Eran las cortesanas, nombre que funcionaba como un delicado eufemismo para disimular el papel de prostitutas de lujo de quienes habían encontrado un atajo para estar cerca de los poderosos a través de la profesión más antigua, un artilugio que ha perdurado a través de los siglos y de las civilizaciones para llegar intacta al siglo XXI (ver también corte y concubina).
NO DEJÓ TÍTERE CON CABEZA
Todos sabemos que los títeres son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual.
En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que el célebre Don Quijote haya podido arremeter como lo hizo, contra el retablo del maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza.
La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.
REGAÑAR
Este verbo castellano proviene del latín gannio, gannire, usado para denominar el ladrido del perro, pero también el sonido emitido por otros animales y hasta el canto de algunas aves. Cátulo y Juvenal usaron gannire para denotar 'quejarse', 'lamentarse' y 'gritar'. Estos últimos significados están en el origen de la expresión a regañadientes, que se aplica a 'aquello que se hace con disgusto o repugnancia'.
En el Diccionario se menciona regañar con el sentido de «reprender o reconvenir», pero también se señala como otro significado el «gruñido de un perro». La primera acepción tiene diversos equivalentes tanto en España como en América, tales como reñir, reprender, rezongar, retar y, en el Perú, resondrar. En portugués, el verbo latino dio lugar a ganido 'gemido del perro'.
Etiquetas: CORTESANA, EL PORQUE DE LAS COSAS
2 comentarios:
uy, pues mis papas me ladraron lo suficiente!!!
Jajajajajaja, un padre jamás regañará a suficiencia y mas cuando su hija es dotada con tantos dones y decide no usarlos.
Así que, como dijo el Quijote: ...escucha a los perros ladrar, Sancho. Es señal de que vamos cabalgando.
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