viernes, 11 de julio de 2008

DE LA CAVA DEL PATRÓN 11.07.2008

Lucas recuerda que en su infancia mas temprana, formaba parte de una pipiolera kinderesca que presumía de avanzada, ya que su directiva escolar gustaba de llevarlos a una serie de actividades extramuros.

Una de ellas resultó en visita al zoológico de la ciudad donde la escena tiene que ser por definición jocosa: Una maestra digamos de 1.60 m conduciendo una fila de ciudadanos bajitos no mayores a 4 años entre niños y niñas (Lucas intentó diferenciarlos en términos humanos pero le sonó espantoso llamarlos hombres y mujeres, aunque lo fueran).

Después de atiborrarlos de chicharrones, papas fritas, palomitas de maíz, refrescos (de los antiguos y estando a tono de los visitantes, Chaparritas del Naranjo, no tienen comparación, TOOOOING), concluyeron su visita a la colección naturalezca en el estanque de los patos.

Ese fué el momento en que Lucas sintió los estragos de lo ingerido, en sus sistema digestivo. Apareció un primer aviso en forma de retortijón que le acalambró el abdomen, seguido de un líquido irrefrenable deseo de evacuar.

Ante la perspectiva que pintaba una burla cruel de sus compañeros, Lucas decidió instantáneamente a sus 4 años, enfilar como bólido ingobernable hacia el estanque de los patos. La estela acuática fué enorme al igual que el estruendo cuaquístico, pero pudo aliviar la presión que la perspectiva de las burlas de los cuates, había sembrado en su yo mas vulnerable.

El horror se dibujó inmediatamente en la bella faz de la maestra que a sus 19 años, se vió impedida a entrar al estanque a sacar al Lucas infante que agachado expulsaba el motivo de su impetuosidad. Varios gritos después, Lucas infante salió escurriendo de agua y no de excrecidades. Los patos regresaron con el ceño fruncido a su estanque después de ser arrojados con tal sorpresa y todos los pipiolos fueron de vuelta al camión color ladrillo que regresó a los escolapios al Kindergarten.

El regaño fué severo pero jamás la verdad fué develada (hasta hoy), mejor verse como un tipo alocado que cochino. La locura, lo cura. Todo.

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