viernes, 23 de julio de 2010

EL PORQUE DE LAS COSAS. Dieta.

Tan en boga en nuestros días por la imposición que hace la TV y la moda de vestir, de cuerpos esbeltos. Pero también, por los multimillonarios e injustos ingresos que se embolsan los legisladores de nuestro país a cambio de muy poco beneficio nacional, desproporcionado asunto.


Veamos pues, el orígen de la palabra dieta, con la sabiduría de Ricardo Socca en http://www.elcastellano.org.

En 1521, el monje alemán Martín Lutero fue obligado a comparecer ante la Dieta de Worms, la cual, siguiendo las determinaciones de León X, lo condenó al destierro por hereje, de modo que debió recluirse en el castillo de Wartburg.

Dieta era el nombre que se daba al Parlamento de los reinos que formaban parte del Sacro Imperio romanogermánico.

La Dieta de Worms y la dieta alimenticia se designan con dos palabras distintas y de diferente etimología, aunque morfológicamente idénticas, al punto de que Corominas no las distingue.

Dieta alimenticia proviene del griego diaita 'modo de vida', que se derivaba, a su vez, del verbo diaitan 'regir uno su propia vida', 'gobernarse', que pasó al bajo latín como diaeta, según registra Alfonso de Palencia en su Vocabulario. Posteriormente, el vocablo se fue especializando hacia una forma particular de 'regir la propia vida mediante un régimen alimenticio'.

En cambio, la dieta legislativa del Sacro Imperio tomó su nombre del latín dies 'día', que era no sólo el nombre de un día, sino también el de una reunión o el de una jornada de Asamblea y, más tarde, el de un Parlamento. En español se usa también para designar la 'remuneración de los legisladores'.

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