EL FUMARIUM. Seu Madruga.

Lo dijo correctamente Rubén Blades, la vida te da sorpresas, soooooorpresas te da la vida.

El fenómeno social que provocó Chespirito en Sudamérica con la serie "El Chavo del Ocho" generó reacciones muy diversas, pero lo inimaginable sucedió en Brasil, donde ha llegado a arrasar en la población. Sin embargo, es uno de los personajes que menos comentarios despiertan el que se llevó toda la atención en esa nación.


Por su parecido físico con un muy amplio espectro de la población, además de sus características de comportamiento, marrullero, nada trabajador, cascarrabias, ventajoso, hasta chantajista pero de gran corazón, Seu Madruga (así llamado en Brasil) elevó al ícono hasta alturas similares del Che Guevara, a Don Ramón.


Un fenómeno mediático nunca visto, aparece en playeras, posters, publicaciones e incluso, un joven escritor, Pablo Kaschner editó su biografía: "Seu Madriga, vila e obra", donde plasma mucho de como es en la serie ya que comienza por el capítulo 14 y terminando hasta el primero, quitando así uno por cada mensualidad de alquiler atrasado que Don Ramón le debía al señor Barriga. El personaje es muy apreciado pues los brasileiros lo consideran al mas brasileño de ellos y su forma de pensar ha generado una contracorriente filosófica sembrando (vaya uno a saber si con fortuna o mal tino) conceptos entre los jóvenes basados en sus frases: "No hay nada que dé más trabajo que vivir sin trabajar". "No existe trabajo malo, lo malo es tener que trabajar". "Yo siempre dejo las vacantes de empleo para los más jóvenes, y vengo tomando esa noble actitud desde los 15 años". Claro que deja pildoritas correctivas como: "La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena".

Así que ni "Chavez" (el chavo), "Chiquinha" (Chilindrina), "Nhonho" (Ñoño), "A Bruxa do 71" (La Bruja del 71), el que toca el pandero en la tierra del "fuchebol" y las "caipiriñas", es SEU MADRUGA, Don Ramón Valdéz.

Y punto.