sábado, 16 de abril de 2011

EN EL METNAL. Válgame Dior.



Todo está bien, todo funciona bien y gracias a las acciones maravillosas de gobierno, nuestro presidente tiene muy bien ganado el derecho de la gran recompensa (según él) de asistir al Vaticano a presenciar la beatificación de Juuan Pablo II. Así que tiene el permiso sagrado del congreso y de la sección religiosa del país para ausentarse en estos momentos en que deseamos todos ver a una figura sentada en la silla presidencial que sea fuerte, inflexible y controladora del caos. Pero no, México no es importante, un acto que enaltece en grado extremo las creencias religiosas de ese individuo son más importantes que el resto de nosotros

Al informar de este viaje, Los Pinos argumentó ayer que es congruente (sic) con los principios de laicidad del Estado mexicano, además responde a los lazos de amistad y cooperación existentes entre México y el Estado vaticano. Caramba con éstos, no es un viaje de estado, no va a visitar a un jefe de otra nación, no va a crear lazos comerciales ni a conseguir inversiones provechosas para nuestra economía. No señor, asiste a la elevación a rango santificado de un representante de una religión, ni siquiera la más popular del planeta.

Con ello, dijo en un comunicado, refrenda la profunda cercanía de millones de mexicanos con la figura de Juan Pablo II y la especial vinculación que cultivó entre nuestro pueblo durante su pontificado. Así que es necesario que él acuda a esa ceremonia representando a "la especial vinculación" que tuvo nuestro pueblo, dejando todo atrás, ahora tiene la necesidad de representarnos cuando cada segundo de su gestion presidencial debiera estar dedicado a resolver la cantidad gigantesca de porquería que ahora tenemos, el resultado de políticas erradas, decisiones equivocadas y un desprecio monumental por los mexicanos y por México.

Calderón forma parte de un grupo de jefes de Estado y de gobierno de diversos países que fueron invitados al acto que encabezará el papa Benedicto XVI. La primera vez que acudió a Roma fue el 4 de junio de 2007, cuando se entrevistó con Herr Joseph Ratzinger y comentó que fue "complejo separar el cargo como presidente de la República con las propias convicciones y emociones". Y eso que aquella si fue una visita de estado. Ahora, desea sentirse a las puertas del cielo por si acaso logra el perdón por todo lo que nos hizo, por como nos destruyó.

Malaya sea la hora en que el chaparrito ese logró entronarse en un sitio que no requiere de monjas asustadas que rezan para que algo divino arregle lo que deben hacer hombres verdaderos. Y vienen a la mente las palabras: "Hoy vienes a llorar como mujer lo que no supiste arreglar como hombre". Válgame Dior...

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